La impresionante velocidad punta de Asencio

A «Rulo», como le dicen a Asencio desde niño en la cantera del Real Madrid, no se le esperaba en este partido a principio de temporada. Delante de él estaba Rüdiger, estaba Militao, se pensaba contar con Alaba y hasta podía aparecer Vallejo en la lista. Y si había que mirar hacia la cantera, tenían más nombre Joan Martínez y Jacobo Ramón. Pero ninguno de ellos va a ser titular en la final de la Copa del Rey contra el Barcelona.

Ha pasado por delante de otros con convicción y con la seriedad que ha apuntado desde niño en la cantera. Tampoco le fue sencillo convencer a Carlo Ancelotti, que le puso por necesidad, pero al que le costó mantenerlo atrás en los partidos importantes. El entrenador italiano apostaba más por Tchouameni, porque, según aseguraba, el francés le daba mayor seguridad por alto. Sin embargo, ahora eso ha quedado atrás y en el olvido. Tchouameni es indiscutible en el centro del campo, donde está desplegando sus mejores minutos como futbolista blanco y Asencio es insustituible atrás y por eso va a ser titular por primera vez contra el Barcelona y por primera vez en una final con el Madrid.

No estaba en el Clásico del Bernabéu y comenzó en el banquillo el de la Supercopa. Con su velocidad, Ancelotti quiere que ayude a corregir los problemas que puedan plantear el Barcelona. Asencio es rapidísimo, como ha demostrado en varios esprints en esta temporada. En Champions es el octavo jugador más rápido este curso con sus 35,8 kilómetros por hora que llegó a hacer en una jugada defensiva. Sólo Mbappé, que ha llegado a una velocidad de 36,4 en Europa, le supera dentro del conjunto de Carlo Ancelotti.

Lo de hoy es el examen definitivo para el canterano, que lleva una temporada con la que probablemente ni soñó, pero en la que también está viviendo cómo en todos los campos le cantan por sus problemas judiciales, todavía no resueltos. En el partido que el Real Madrid jugó en Vitoria contra el Alavés se vio una imagen que demuestra cómo se toma el futbolista esto: se puso a cantar él mismo lo que estaba diciendo la grada en su contra.