Insultos y billetes a la cara: tensión entre jugadores, directiva y aficionados del Sevilla

El incendio en el Sevilla no parece tener fin. La derrota frente al Osasuna y el peligro real de descenso a Segunda han colmado la paciencia de los aficionados del club de Nervión. De hecho, al regreso del equipo desde Pamplona se vivieron momentos de tensión entre los aficionados y, sobre todo, la directiva con Del Nido Carrasco al frente.

Unos aficionados llegaron a tirarle billetes a la cara al mandatario sevillista. "Nos vais a llevar a Segunda. Nos vamos a la ruina. ¿Cuándo te vas a ir? ¿Qué quieres más?", se oye decir a los aficionados, entre otros insultos más gruesos. También hubo gritos hacia los jugadores, mientras que Caparrós fue el único que tuvo una recepción más o menos amable, al entender los aficionados que lleva muy poco tiempo a los mandos del banquillo y, por otra parte, su compromiso con el Sevilla. "Vamos a salir entre todos", le llega a decir a unos jóvenes que se abrazan a él.

En el vídeo, grabado por Zona Mixta, se pueden oír gritos dirigidos a Saúl Ñíguez: "¿Qué pasa, tío? Saúl, tantos golpecitos en el pecho... ¿Qué pasa? Mira lo que están haciendo con el Sevilla los perros estos", increpa el aficionado.

El equipo hispalense se encuentra actualmente a cinco puntos de la zona de descenso, con 15 todavía en juego. La situación en las cuentas no es mucho mejor. La última actualización del límite salarial de LaLiga dejó al Sevilla con el límite más bajo de los 20. Además, hace apenas tres días el club anunció unas pérdidas de 82 millones de euros en la temporada 2023/24, e incluso ya preveían otro 'boquete' de 40 millones más, pese al recorte de masa salarial de la plantilla.

Ni que decir tiene que un descenso de categoría podría llevar a la entidad sevillista a entrar en causa de disolución de forma casi necesaria. E incluso, salvando la permanencia, necesitaría una importante ampliación de capital para poder mantenerse a flote.

La destitución de García Pimienta para dar entrada a Joaquín Caparrós ha sido la última decisión de la directiva, que se ha tachado de populista en muchos sectores de la afición. En definitiva, la situación es desesperada en un club que hace una década era envidiado en media Europa. El último episodio de tensión fue anoche mismo en el aeropuerto.