Champions League

Real Madrid

Épica en la sangre

El Sporting de Portugal amargó la noche del Real Madrid, le impidió jugar, le quitó la pelota y se adelantó en el marcador. Llegó a los últimos cinco minutos con el partido ganado. Pero Ronaldo y Morata le dieron la victoria al campeón

James abraza a Morata, tras el segundo gol del Madrid. El primero dio el pase y el segundo lo remató de cabeza
James abraza a Morata, tras el segundo gol del Madrid. El primero dio el pase y el segundo lo remató de cabezalarazon

El Sporting de Portugal amargó la noche del Real Madrid, le impidió jugar, le quitó la pelota y se adelantó en el marcador. Llegó a los últimos cinco minutos con el partido ganado. Pero Ronaldo y Morata le dieron la victoria al campeón

Llegó el Sporting de Portugal, con su estilo, con su plan muy clarito y con ganas de dejar huella en el Bernabéu. Tapó al Madrid, quiso después la pelota, nunca perdió los nervios, enseñó a toda Europa la velocidad de Gelson Martins, se adelantó nada más comenzar la segunda mitad, obligó a Zidane a quitar a Benzema y a Bale y, en definitiva, llegó a los últimos cinco minutos del partido con los tres puntos en el bolsillo.

Y perdió, claro.

Porque al Madrid no le hace falta claridad o ser mejor o tener un día bueno. Le sobra con el carácter, con ser el vendaval que arrolla agobiado por la necesidad, con la magia de los minutos que van del noventa al infinito, cuando todo está perdido y, en realidad, está todo por ganar. Porque parecía que iba a empezar la Champions con un trastazo inesperado y acabó el choque con el orgullo intacto, o más, con el orgullo por las nubes. Porque a veces, en este juego, es el orgullo lo que desnivela todo.

Sólo un remate al palo de Ronaldo había sido la producción ofensiva del Madrid, con el portero rival, Rui Patricio, casi sin mancharse los guantes, algo inédito para un guardameta rival en el Bernabéu. Pero se inventó Ronaldo una falta al borde del área y todo cambió. El portugués había sido el único delantero que no sustituyó Zidane. Quitó a Benzema, que nunca se encontró y también a Bale, que había empezado como una moto, imparable, pero que llevaba muchos minutos sin dar noticias. Después quitó a Kroos para que James tuviese razón al quedarse y luchar. Pero a Ronaldo no. Y Cristiano fue quien lanzó esa falta a la escuadra.

No lo celebró él, pero el estadio comenzó a arder. Quedaban quizá cinco minutos, gracias a los cuatro que había añadido el árbitro y la grada supo que lo que quedaba era toda la esperanza, mientras que el Sporting, con su papel tan digno, empezó a pensar que cinco minutos eran una hora, una eternidad, una victoria que se escapa.

Marcelo subió la banda como no había podido hacer antes y le dio el balón a James, para que el colombiano pusiese un pase de hace dos años. Ahí apareció Morata, el hijo pródigo, para recordar lo que son esas noches de Champions en el Bernabéu, ésas que tanto han mamado los madridistas como él.

El Sporting de Portugal, que tuvo la victoria muy cerca, se fue sin un punto y dejando una imagen de equipo a tener en cuenta, si es que eso consuela algo. El líder de la Liga portuguesa se plantó ayer en el Bernabéu con el descaro de los equipos que no tienen miedo y con el buen hacer de los conjuntos bien trabajados. En cuanto se le pasó el susto inicial de verse en casa del campeón de Europa, se asentó en defensa, comenzó a comer terreno al equipo local y mandó a Gelson Martins como explorador. Y así cortó los circuitos del Madrid, por primera vez desorientado esta temporada, pese a comenzar su competición favorita con el once que va a presentar en las grandes ocasiones. Sólo queda saber quién es el central favorito de Zidane para acompañar a Ramos, si Varane, que jugó ayer, o si Pepe. Aunque es probable que sea el estado de forma de cada uno el que determine quién juega. El resto de la defensa, los tres del centro del campo y el ataque de los de Zidane es lo mejor que se puede presentar.

Sin embargo, no encontró el modo de jugar. Porque el Sporting supo apretar bien a Modric y Kroos y ambos pasaron por el partido de puntillas, sin marcar el ritmo en ningún momento. El croata empezó bien, pero después dejó el partido por imposible. Detrás de ellos, Casemiro vivió, por momentos, un combate de boxeo: pegaba duro y recibía duro. Los de ataque no conectaban con nadie y el Madrid se pasó el partido sin poder. Hasta que tiró de orgullo y le dio la vuelta cuando parecía que estaba perdido.

Cristiano: «No lo podía celebrar»

Ronaldo había celebrado los 94 goles que ha marcado en la Liga de Campeones y al hacer el número 95, su primer instinto fue gritarlo como el resto, pero un segundo después se paró en seco y levantó las manos como pidiendo perdón. No era realmente esto, sólo era un guiño al que siempre será su pasado. «Voy a tener tiempo de celebrar otros goles, pero éste no podía hacerlo ante el equipo que me formó», explicaba el portugués, que cambió la fuerza por la colocación en el lanzamiento de falta que suponía el empate frente a su ex equipo. Era la misma posición que el curso pasado ante el Wolfsburgo. Entonces la barrera se abrió. Ayer, la sorteó con un gran golpeo.

- Así ha sido el partido en directo

- Ficha técnica:

2 - Real Madrid: Casilla; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos (James, m.77), Modric; Bale (Lucas Vázquez, m.67), Cristiano Ronaldo y Benzema (Morata, m.67).

1 - Sporting: Rui Patrício; Joao Pereira, Coates, Rúben Semedo, Zeegelaar; Martins (Markoivc, m.70), William Carvalho, Adrien Silva (Elías, m.73), Bruno César; Bryan Ruiz (Campbell, m.90) y Bas Dost.

Goles: 0-1, m.47: Bruno César. 1-1, m.89: Cristiano Ronaldo. 2-1, m.93: Morata.

Árbitro: Paolo Tagliavento (ITA). Amonestó a Kroos (74) por el Real Madrid; y a Adrien Silva (38), William Carvalho (56) y Zeegelaar (65) por el Sporting. Expulsó al técnico del Sporting Jorge Jesús.

Incidencias: encuentro de la primera jornada de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 77.000 espectadores. EFE