Oporto
La Rosaleda lloró de alegría
Antonio Banderas sufrió en las gradas, manos a la cara cuando el Oporto se acercaba a la portería, bufanda al aire al final, cuando su Málaga ya estaba clasificado para cuartos de la Liga de Campeones. Histórico. Cuando la mitad del público de La Rosaleda no pudo evitar que las lágrimas aparecieran. Pero eran de alegría. «Ha sido increíble, son muchos años de sufrimiento, de bajar a Segunda, Segunda B, desaparecer... El equipo se lo merece», aseguraba el actor en Canal +. Isco dio esperanzas con su tanto. Llevaba varios partidos jugando sólo a ratos, reservado para ayer. «Llevábamos unos cuantos encuentros regular, pero hemos vuelto de la mejor manera», dijo el mediapunta. Desde hacía un mes el único duelo que importaba era el del Oporto. La ciudad había amanecido vestida para la ocasión y Roque Santa Cruz hizo realidad los sueños de la afición. «Esto es una fiesta», afirmó el paraguayo. Pellegrini apuntó la clave: «Corazón caliente y cabeza fría».
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