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F. C. Barcelona

La solución de la pizarra y los resultados como argumento

Jeremy Mathieu
Jeremy Mathieularazon

Las jugadas de pizarra son la respuesta, el resultado el único argumento posible y Xavi Hernández la solución cuando el juego se nubla, así ha vivido últimamente el Barça.

Las jugadas de pizarra son la respuesta, el resultado el único argumento posible y Xavi Hernández la solución cuando el juego se nubla, así ha vivido últimamente el Barça, que mantiene los cuatro puntos de ventaja en la Liga, gracias a dos goles de Jéremy Mathieu de estrategia en los dos últimos partidos.

Ocurrió ante el Real Madrid y nuevamente en Balaídos. Cuando el calendario supera abril y se aproxima el final del curso, lo importante solo es el resultado. El qué y no el cómo, olvidando los debates sobre el estilo y porqué el Barça fue el estandarte del fútbol en la última década.

El barcelonismo responde mirando los fríos números cuando se plantean dudas existenciales o de futuro. Y allí está en lo más alto, olvidado el fino estilismo, los azulgrana están primeros en la Liga -cuatro puntos de ventaja a nueve partidos para el final-, clasificados para la final de Copa del Rey (30 mayo Athletic) y en los cuartos de la Champions.

En Balaídos, el Barça firmó un mal partido y se salvó por la gran actuación de su pareja de centrales -Gerard Piqué parece vivir una segunda juventud-, pero sobre todo porque Luis Enrique decidió cambiar el libreto y sustituir al voluntarioso Rafinha Alcántara por el clarividente Xavi Hernández en el inicio del segundo tiempo.

El capitán del Barça es el síntoma del equipo. Apenas cuenta para el entrenador, estuvo a punto de irse el verano pasado y se irá éste, pero cuando sale el equipo es otro. Impone su juego de toque a ese fútbol de contragolpe y de área a área en el que los centrocampistas del equipo -santo y seña en la época dorada- son meros espectadores.

Xavi entró en el minuto 56 y aportó la solución que no fueron durante todo el partido Sergio Busquets, que ha perdido protagonismo en favor de Javier Mascherano, y Andrés Iniesta, una sombra del que fue y que aún no ha estrenado su casillero de asistencias desde que empezó el curso.

Con Messi renqueante de una lesión en el pie, Luis Suárez con más voluntad que acierto en Vigo y Neymar en baja forma, a Luis Enrique no le queda otra que recurrir a la pizarra de su ayudante Juan Carlos Unzué para salir adelante.

Y hasta trece goles ha conseguido de esta manera el Barça, dos de los tres últimos, los firmados por Mathieu y que le han valido cuatro puntos.

Con 27 puntos por disputar, los azulgrana deben afrontar cinco partidos en casa (Almería, Valencia, Getafe, Real Sociedad y Deportivo) y cuatro salidas (Sevilla, Espanyol, Córdoba y Atlético de Madrid); además de la eliminatoria de cuartos de la Champions ante el Paris Saint Germain y la final de Copa, todo está abierto para los catalanes.

Los resultados marcarán la sentencia, especialmente esta temporada, una campaña que se cerrará mejor o peor, pero con elecciones, tal vez con un cambio de presidente y/o de entrenador.

Ya no importa el cómo, solo el qué. El resultado es lo único trascendente. Se apura el calendario y los títulos son lo que pueden aliviar otra temporada tormentosa para el Barça con las consecuencias de los casos Neymar y La Masia. De momento, la pizarra es la solución; los resultados, el argumento.