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La venganza de los Boixos

El Barça-PSG de anoche congregó a más de 82.000 espectadores
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Un aficionado del club parisino sufrió heridas en la pleura al ser apuñalado por la espalda en la Avenida de Madrid tras el partido. Se encuentra fuera de peligro.

En un momento de especial sensibilización contra la violencia en el fútbol, tras la muerte la pasada semana del seguidor ultra del Deportivo Francisco Javier Romero Taboada, alias «Jimmy», tras una batalla campal contra el Frente Atlético, un nuevo suceso manchó la imagen del deporte rey en España. Tras el partido de «Champions» entre el Barcelona y el Paris Saint Germain (PSG), dos seguidores franceses fueron apuñalados en los aledaños del Camp Nou.

Los agresores iban encapuchados, sin ningún distintivo del club azulgrana, aunque un testigo aseguró ayer que gritaron «visca el Barça» (viva el Barça) antes de alejarse, por lo que todo apunta a que se trata de un nuevo caso de violencia protagonizado por ultras. Los Mossos d’Esquadra no pudieron confirmar al cien por cien ninguna hipótesis, a la espera de que culmine la investigación y de que haya detenciones. La Policía Autonómica, al parecer, tiene identificados de forma clara a los agresores.

Sin rivalidad

Fue una concatenación de sucesos. Teniendo en cuenta que nunca ha existido una rivalidad histórica entre el Barça y el PSG, en esta ocasión, y al contrario de lo que sucede normalmente, tras el partido no se aconsejó a los aficionados visitantes que abandonaran el estadio varios minutos después de los locales. De esta manera, los seguidores del PSG abandonaron el estadio al mismo tiempo que la hinchada local. No obstante, la UEFA aseguró que las medidas de seguridad en el coliseo azulgrana fueron correctas. Tampoco hubo ningún incidente previo ni durante el encuentro.

La primera agresión ocurrió sobre las 23:00 horas en la calle Felipe de Paz, cercana al Camp Nou. Dos presuntos seguidores radicales del Barça, seguramente Casuals (la facción más violenta de los Boixos Nois), asaltaron a un grupo de aficionados franceses y apuñalaron por la espalda a Adrien J., de 28 años, francés y residente en Barcelona. Sufrió una profunda herida cerca del pulmón y tuvo que ser ingresado en el Hospital Clínic de la Ciudad Condal, aunque su vida no corre peligro. Los testigos explicaron que los asaltantes iban vestidos de oscuro, con la cara tapada, y que corearon gritos a favor del Barça.

Al cabo de poco rato, otro grupo de asaltantes atacaron a más seguidores del París Saint Germain, también en una calle cercana al Camp Nou. Más puñaladas a un aficionado francés, que sin embargo sufrió heridas leves y fue dado de alta poco después en otro hospital barcelonés. En este caso, pese a la cercanía física con el estadio y temporal con el partido, podría tratarse de un robo violento, extremo que no fue confirmado. Predomina la hipótesis de que ambos grupos agresores no tienen nada que ver, más que nada porque en el segundo asalto el objetivo era robar el teléfono móvil del joven galo.

Volviendo a la primera agresión, podría tratarse de una especie de venganza por otra reyerta anterior, ocurrida entre ultras parisinos y barcelonistas en el último partido disputado entre ambos equipos en Barcelona.

Hechos sin relación

El intendente de los Mossos, Xavier Porcuna, insistió en que todo apunta a que los dos hechos no guardan relación entre sí, aunque sobre la primera agresión señaló que todo apunta a un nuevo episodio de violencia de ultras de equipos de fútbol. Se sostuvo en las citadas declaraciones de los testigos presenciales de los hechos. Porcuna reiteró que no consta ninguna pelea previa entre ambas aficiones antes del partido. Por este motivo, y de acuerdo con el Barça y la Policía francesa, no se prolongó durante media hora la estancia de los seguidores galos en el coliseo azulgrana.

Los Boixos Nois fueron expulsados del Camp Nou durante la época en la que el presidente del club era Joan Laporta, hace algunos años. Fue una medida pionera en el fútbol español, sin precedentes.

No obstante, este veto a los violentos no evitó que éstos siguieran al equipo en muchos desplazamientos –los Boixos tienen facciones en muchos puntos de España– y, especialmente, que tengan sus puntos de encuentro en bares muy cercanos al Camp Nou. Quedan en estos locales para ver los partidos, pese a que no entren en el estadio.

Los Boixos tienen muchos precedentes delictivos. Un cargo de los Mossos explicó a este periodista que mientras los Brigadas Blanquiazules –ultras del Español– son considerados por la Policía como «skinheads», los radicales azulgranas son «delincuentes». Y los hechos dan la razón a los Mossos.

Estos radicales lanzaron bengalas durante un partido contra el Espanyol en 2008, provocaron una pelea contra los Mossos en pleno juicio hace pocos años y, lo más grave de todo, asesinaron a Frederic François Rouquier, un brigada blanquiazul, en 1991, en una batalla campal entre ambos grupos ultra. Está considerada la primera muerte violenta provocada por hinchas del fútbol.