
Fútbol
Lamine Yamal hace esto ante el Rey de España al recoger las medallas y Ansu Fati le avisa
El joven delantero del Barcelona fue el protagonista de la celebración de su equipo tras ganar al Real Madrid

Lamine Yamal fue uno de los grandes protagonistas de la final de la Copa del Rey, en la que el FC Barcelona se impuso al Real Madrid en un emocionante duelo celebrado en el Estadio de La Cartuja, en Sevilla. Con tan solo 17 años, el joven extremo firmó una actuación memorable, decisiva para que el conjunto azulgrana levantara el trofeo tras imponerse por 3-2 en una prórroga vibrante. Su influencia no solo quedó patente en el juego, sino también en las dos asistencias clave que repartió durante el encuentro.
Dos acciones decisivas
En la primera mitad, Yamal ya dejó muestras de su calidad. Tras una jugada colectiva, recibió un pase en profundidad de Pedri, encaró a Fran García y, con sangre fría, sirvió un pase atrás para el propio Pedri, quien, llegando desde segunda línea, envió el balón a la escuadra con un disparo preciso que abrió el marcador.
La igualdad llegó en la segunda parte, y el partido se convirtió en un intercambio constante de ocasiones. Cuando el encuentro parecía inclinarse hacia el Real Madrid, volvió a aparecer la figura de Yamal. En una acción fulgurante por la derecha colocó un centro perfecto que Ferran Torres aprovechó para firmar el empate y forzar la prórroga. Ya en el tiempo extra, Jules Koundé anotó el gol que selló el 3-2 definitivo, otorgando al Barcelona su 32º título de Copa.
"No pueden ganarnos"
Más allá de los datos estadísticos, la actuación de Lamine Yamal fue todo un ejemplo de liderazgo precoz. Se echó el equipo a la espalda en los momentos decisivos, mostrando una personalidad arrolladora frente al eterno rival. Su capacidad para desbordar, asociarse y asistir resultó fundamental para mantener el empuje ofensivo del Barça. Al concluir el encuentro, dejó una frase algo pretenciosa: "Aunque consigan un gol, no hay problema. Incluso si consiguen dos goles, tampoco hay problema. Este año, simplemente no pueden ganarnos. Lo hemos demostrado. Estoy muy contento", dijo.
Sin medalla
Durante la celebración, Lamine también captó todas las miradas por su imagen: completamente teñido de rubio y luciendo dos gafas de sol, una puesta y otra sobre la cabeza, un gesto que se volvió viral y simbolizó su desparpajo y alegría en un día histórico.
Entre las anécdotas de la jornada, destacó la ocurrida en la ceremonia de entrega de medallas. Los jugadores del Barcelona saludaban al Rey Felipe VI, presente en el palco y recogían la medalla que les ponía. Pero Lamine, aún envuelto en la euforia del momento, olvidó recoger su medalla de campeón. Fue su compañero y amigo Ansu Fati quien, atento, le avisó para que volviera y recogiera el galardón.
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