Selección Española
Las normas del jefe: Luis Enrique dirige su primer entrenamiento con España
Es el único abierto. Los demás serán cerrados a prensa y público y hará madrugar a los internacionales: serán a las 10 de la mañana.
Es el único abierto. Los demás serán cerrados a prensa y público y hará madrugar a los internacionales: serán a las 10 de la mañana.
Desde por la mañana, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, unas lonas rojas tapaban un costado del campo de fútbol donde se entrena la selección. Una medida anti espías. Luis Enrique, como ya hizo en el Barcelona, quiere tenerlo todo bajo control y el entrenamiento de ayer, el primero suyo al frente del equipo nacional, también fue el único que la prensa y los aficionados podrán ver en la capital. Todos los demás, cerrados. Y todas las sesiones serán a las diez de la mañana. Hará madrugar el nuevo seleccionador algo más a los internacionales, que con Lopetegui y con Del Bosque eran convocados en la hierba a las 11 y 11:30, respectivamente. Son las normas del nuevo técnico, fichado para que sea el jefe de la selección. Una persona con carácter («Es obvio que tengo carácter, pero del bueno», dijo el viernes, al dar la lista) para hacer frente a un vestuario con varios veteranos. «No vengo a poner mano dura», afirma. Pero sí va a delimitar la línea entre el técnico y el jugador.
El asturiano dio la bienvenida a los internacionales pasada la una de la tarde. Con Sergio Ramos, el capitán, bromeó al darle un empujón por la espalda. Después se abrazaron, para simbolizar que no hay ningún problema entre ellos pese a todo el ruido de la previa. No es el central un jugador más, y así lo reconoce el seleccionador, pero tampoco vio necesario llamarlo y consultarle nada para la primera lista del equipo. «No hablé con él ni con nadie. Es mi estilo», afirma el asturiano. Después, en privado, dio una charla a los futbolistas para explicar su forma de trabajo. El entrenamiento no era hasta las siete. Sergio Ramos fue el primero en saltar al campo, junto a De Gea y Ceballos. Los aficionados que acudieron a Las Rozas, abundantes, aunque no llenaron las gradas, con muchos niños, porque aunque los atascos sí han empezado en Madrid el colegio todavía no, aclamaron al capitán. Pero el más querido fue Asensio. Aparte de buen futbolista, tiene aura para ser un ídolo. También se oyó con fuerza el nombre de Isco. Y los de Saúl y Rodri. Los futbolistas de equipos madrileños.
Ya en el césped, los jugadores se reunieron alrededor del técnico para otra charla. Comenzó el calentamiento y los primeros movimientos: los porteros por un lado y en otro, un par de rondos, seguidos de ejercicios de control y pase en espacios cortos. El seleccionador lo veía todo desde cierta distancia. Activo para hablar con el grupo o para dar ánimos, pero, al menos ayer, sin apenas comentarios personales con ningún jugador. Sí los habrá en otros entrenamientos, aunque seguramente no se podrán ver. Hasta el viernes Luis Enrique desaparece de la vida pública. Ése día dará la primera conferencia de prensa pre partido. Después, la sesión en Wembley no será privada.
Más tarde, la selección se dividió en grupos para hacer remates a puerta. Cada gol era recibido por el público con entusiasmo. No faltó nadie del cuerpo técnico de Luis Enrique, ni siquiera el psicólogo con el que trabaja, Joaquín Valdés, atento a todo lo que sucedía mientras pisaba una pelota con el pie.
Pasada apenas una hora, mientras Carvajal, Iago Aspas, Ramos y Azpilicueta practicaban el lanzamiento al larguero, el resto hacía trabajo físico y de estiramientos. Eso fue todo. Así fue el primer día de entrenamiento. Ramos firmó autógrafos. Entre los aficionados, nadie coreó al seleccionador.