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Sevilla F.C.

Lección de Emery en El Madrigal

El Sevilla sorprende con su planteamiento y pone un pie en cuartos

Vitolo, en primer término, celebra con Iborra el gol que marcó a los trece segundos de partido larazon

El Sevilla cobró una importante ventaja (1-3) en la eliminatoria de octavos de final de la Europa League ante el Villarreal y mete pie y medio en cuartos gracias a los goles de Vitolo, M’Bia y Gameiro.

Si algún equipo sabe que una eliminatoria de octavos de final de la Europa League no está resuelta después de que el visitante gane la ida por dos goles, ése es el Sevilla. Hace un año en esta ronda, frente al Betis, el futuro campeón perdió 0-2 en el Sánchez Pizjuán, así que mal harían los sevillistas en darse por clasificados a pesar del magnífico resultado que cosecharon anoche en Villarreal. Sobre todo, porque los castellonenses practican un fútbol vertical y vertiginoso capaz de desordenar hasta el caos cualquier partido, aunque enfrente tengan al coriáceo equipo de Emery, un técnico que le ha dado a su Sevilla un toque de autor que, añadido al gen competitivo adquirido en una década de éxitos, convierte cada duelo ante los blanquirrojos en un dolor de muelas.

Pese a que su trayectoria no debería suscitar discusiones, Unai Emery mantiene una legión de detractores que achacan sus éxitos a algo tan esquivo como la suerte. Dos decisiones llamativas tomó el vasco en su once: colocar a Iborra en la mediapunta para ejercer como hombre-boya y alinear a Gameiro en detrimento de Bacca, su delantero estrella. Tuvo suerte, sí, porque a los trece segundos marcó Vitolo después de que la torre valenciana bajase el balón del saque del centro y el menudo francés asistiese al goleador con un maravilloso pase entre los centrales. Mucha suerte, en efecto, debe sonreír a un técnico cuyos planes se convierten en oro antes del minuto de juego. Al saber lo llaman suerte, se dice.

Sí recibió un guiño de la fortuna Sergio Rico, cada vez más cuajado a sus tiernos veinte añitos, porque un minuto después hizo la estatua en un disparo de Vietto que se estrelló en el larguero. Sin embargo, el recital de Emery siguió cristalizándose en la persona de M’Bia, pronosticado como suplente en todas las «alineaciones probables» de la víspera pero autor no sólo del 0-2, sino de un partido antológico en el corte y pletórico en el relanzamiento ofensivo. El segundo gol sevillista, marcado por el camerunés de bonito cabezazo en plancha pero en posición ilegal, desactivó al buen Villarreal, que se rehízo del mazazo inicial con unos magníficos minutos de toque y llegada. Un tanto insustancial el fútbol de los de Marcelino, pero ciertamente bonito de ver.

El principio de la segunda parte fue una completa locura. Vietto acortó distancias al resolver una melé, pero el quinteto arbitral hubo de evacuar consultas durante dos minutos para conceder el gol. Nada más sacarse de centro, Iborra ganó su enésimo balón alto y Gameiro fusiló a Asenjo. Otra combinación afortunada entre la jirafa y el ratón de Emery. Martillazo sobre su intento de levantar la cabeza, el Villarreal no se recuperó de este tercer golpe y empezó a reconcomerse con la certeza de que el fútbol había sido injusto con sus intenciones. La expulsión de Marcelino fue el síntoma más claro del desquiciamiento que atrapó a su equipo. Ello permitió que el Sevilla desarrollase sin mayor novedad su plan hasta la recta final.

Aunque es cierto que el Villarreal tuvo tres ocasiones claras para marcar su segundo gol (impresionante la doble parada de Rico a Gerard Moreno en el descuento), daba la sensación de que cada salida del Sevilla podía resolver definitivamente el emparejamiento. Quiso Emery, viendo que los locales se le venían encima con todo, activar su contragolpe con dos lanzadores como Banega y Reyes, pero lo cierto es que ninguno de los dos estuvo acertado en el último pase. La puntilla no se clavó y, aunque ahora que empieza la temporada taurina es pertinente recordar que hasta el rabo todo es toro, mucho tienen que cambiar las cosas para que la fiera amarilla no vaya al desolladero.

Un pique y tres sancionados

Marcelino García Toral no se sentará en el banquillo del Sánchez Pizjuán. El técnico asturiano, que entrenó sin fortuna al Sevilla y pasó una tarde muy agria en su última visita liguera al estadio sevillista, fue expulsado al comienzo de la segunda mitad y pasó en el vestuario el tramo final de un partido que encaró con inusitados nervios. En la víspera, quiso calentar el ambiente aludiendo a la presunta dureza de su adversario y, durante la primera parte, tuvo un intercambio de insultos con el banquillo visitante, especialmente con Bacca. El Villarreal recuperará el jueves próximo a Pina, sancionado anoche, pero perderá por idéntico motivo a Jaume Costa. Unai Emery, por su parte, no podrá contar en la vuelta con Krychowiak, también por acumulación de amonestaciones.

Ficha técnica:

1- Villarreal CF: Asenjo; Mario, Musacchio (Dorado, m. 83), Bailly, Jaume Costa; Moi Gómez (Campbell, m. 46), Trigueros, Jonathan dos Santos, Cheryshev; Uche (Gerard Moreno, m. 68) y Vietto.

3- Sevilla FC: Rico; Diogo Figueiras, Pareja, Carriço, Tremoulinas; Aleix Vidal, Mbia, Krychowiak, Vitolo (Reyes, m. 77); Iborra (Banega, m. 74) y Gameiro (Bacca, m. 64).

Goles: 0-1. Min. 1: Vitolo. 0-2. Min. 25: Mbia. 1-2. Min. 47: Vietto. 1-3. Min. 49: Gameiro.

Árbitro: Daniele Orsato (ITA). Amarilla a los locales Jaume Costa (m. 20), Moi Gómez (m. 34) y Campbell (m. 66); así como a los visitantes Krychowiak (m. 8) y Aleix Vidal (m. 91).

Incidencias: Partido de ida correspondiente a la ronda de octavos de final de la Liga Europa, disputado en el estadio El Madrigal ante 24.000 espectadores. El seleccionador nacional, Vicente del Bosque, asistió al partido desde el palco de autoridades. EFE