Real Madrid
«Los malos no son tan malos»
El vestuario del Real Madrid, harto de ser señalado como el culpable de las tensiones en los clásicos
Tres días después del pitido final, el clásico de Copa se sigue jugando. El fútbol acabó el miércoles poco antes de las once de la noche, pero todo lo que rodea a los enfrentamientos entre Real Madrid y Barcelona continúa. Comparado con los choques de altísima tensión vividos en el pasado, el último fue un juego de niños, pero con un ingrediente nuevo e inesperado: la aparición de Messi en el aparcamiento. El argentino tuvo una actuación más discreta de lo habitual sobre el césped y donde sí fue realmente protagonista fue después de la ducha, cuando trató de ajustar cuentas con Arbeloa y Karanka, según las versiones madridistas de lo sucedido.
Durante los noventa minutos recibió varias faltas del defensa y también de Xabi Alonso, y no le gustó que en una de ellas, al levantarse, ambos le tocaran la cara con la mano. «La Pulga», que por su forma de jugar al fútbol parece en ocasiones que no es humano, sí lo es, y se encendió tanto que ni el paso del tiempo acabó con su pique con los rivales. «Hay situaciones en las que hay cosas que sobran. En un terreno de juego, con lo caliente que estás, se pueden decir cosas y se quedan ahí dentro. La situación de Messi con Arbeloa es un tema que no se puede comentar mucho porque sobra», aseguraba ayer Callejón respecto al encontronazo del argentino y Arbeloa en las entrañas del Santiago Bernabéu cuando ambos se iban a casa: «Que un compañero de profesión espere una hora u hora y media después de terminar el partido, para increpar a un compañero nuestro con su mujer delante, pues es una situación que sobra un poco. A veces ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos», se quejaba el extremo blanco, que entró en la sala de prensa con el mismo ímpetu con el que aprovecha los minutos de juego que le da José Mourinho.
Si Alves había puesto la pelota en juego el día anterior con sus declaraciones respecto a la dureza de los madridistas y la poca predisposición de Clos Gómez a mostrar amarilla a Cristiano Ronaldo, ayer contraatacó Callejón confirmando que Messi había perdido su calma habitual después del empate. «Lo de muñeco de Mourinho sí se lo dijo a Karanka. Lo vi porque venía detrás de él en aquel momento. A lo mejor es normal que en un terreno de juego haya un momento de calentura y todos insultamos y decimos a veces cosas de las que después nos arrepentimos, pero allí se tiene que quedar», insistía en tono de reproche el canterano blanco, confirmando que los componentes del vestuario blanco están un poco hartos de que siempre se les señale como los culpables de las batallas extradeportivas con el Barcelona.
Dos clásicos más a la vista
Si el resultado de empate a uno no era suficiente aliciente para la vuelta de finales de febrero, los mensajes que están viajando de un extremo a otro del puente aéreo aumentarán la tensión para el siguiente partido del «siglo», que tendrá como premio el pase a la final de Copa. Cuatro o cinco días después volverán a verse las caras en el Bernabéu, pero en partido de Liga, que está tan decidida que, seguramente, ni la tensión ni los protagonistas serán los mismos. Será un buen momento para reservar a los actores principales, porque ambos equipos estarán en la mitad de sus eliminatorias de octavos de «Champions».
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