Barcelona

Luis Enrique ya ejerce

El seleccionador llegó ayer a Madrid y fue recibido por Molina en la Ciudad del Fútbol. Conoció las instalaciones donde va a trabajar. Su presentación, mañana.

Luis Enrique saluda a José Molina en el aparcamiento de la residencia de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas
Luis Enrique saluda a José Molina en el aparcamiento de la residencia de la Ciudad del Fútbol de Las Rozaslarazon

El seleccionador llegó ayer a Madrid y fue recibido por Molina en la Ciudad del Fútbol. Conoció las instalaciones donde va a trabajar. Su presentación, mañana.

Pantalón corto, la barba habitual, una camiseta de una café de Castellón (La Bicicleta) y unas zapatillas deportivas. De esta guisa, con esta indumentaria, se presentó Luis Enrique en Madrid. El nuevo seleccionador viajó en AVE desde Barcelona y, desde Atocha, donde le esperaban Pablo García Cuervo, jefe de Prensa, y miembros de su equipo de trabajo, se trasladó a La Rozas, a la que será su nueva casa cuando sus deberes como técnico de la selección le obliguen a vivir en la capital de España, una localidad que conoce perfectamente pues fue jugador del Real Madrid durante cinco temporadas (de junio del 91 a junio del 96).

Al pie de la escalerilla, sirva la parábola, y sin alfombra roja, le recibió en la Ciudad del Fútbol Molina, el flamante director deportivo nombrado hace unos días por Luis Rubiales. Saludo cordial, mano por el hombro de Luis Enrique y a conocer las instalaciones. En las imágenes de «Sefútbol» se le ve departiendo con distintas personas en un despacho. Conversación y petición para que todo esté a su gusto. Quiere un espacio diáfano para trabajar codo con codo con sus colaboradores. Molina, por si necesita algo, tiene su despacho al lado. Veremos lo que pide el nuevo seleccionador, pero el andamio para seguir los entrenamientos que utilizó en Vigo no parece que vaya a ser una necesidad en Las Rozas. En el Barcelona siempre ha trabajado a pie de campo y, además, tenía una grada para cuando quería observar el trabajo desde las alturas.

A Luis Enrique se le ve feliz. Para él ser seleccionador era uno de sus objetivos, aunque «no sabía si a corto, medio o largo plazo, ya que en esto del fútbol no puedes decidir cuándo es el mejor momento, pero ahora ha llegado la oportunidad», manifestó a los medios oficiales federativos.

Mañana será presentado en la sala Luis Aragonés. Allí estará Luis Rubiales, su gran valedor, y José Molina para darle públicamente la bienvenida. El presidente de la Federación estaba ayer ausente de Madrid y no pudo departir con él. Pero antes de la presentación tendrán tiempo de hablar. Sabido es que su elección como técnico de la Roja tiene un componente polémico, que se debe aparcar porque Luis Enrique llega para que España recupere el rumbo que perdió hace cuatro años en Brasil. Ha firmado por los dos próximos y se abre una nueva etapa. Hablar de cambios drásticos o de jugadores es una temeridad. Hay que esperar a su primera convocatoria allá por el 30 de agosto y a los partidos ante Inglaterra y Croacia para saber a qué va a jugar España. Asumir el cargo es «especial, no sólo por representar a tu país, sino por el hecho de que está selección viene de ganar muchas cosas y es referente en el mundo», afirma Luis Enrique, que cuenta con el beneplácito de Del Bosque y de Iniesta, que fue preguntado al respecto antes de irse a Japón. El viaje del asturiano fue más corto, pero le quedan muchas horas de vuelo. Es el piloto de la Roja.