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Mundial femenino

España se derrumba ante Japón (4-0) en el Mundial femenino

La selección española dominó la pelota, pero no supo proteger la espalda por donde las japonesas encontraron el camino hacia la goleada

Wellington (New Zealand), 25/07/2023.- Hinata Miyazawa (2-R) of Japan celebrates after scoring a goal during the FIFA Women's World Cup group C soccer match between Japan and Spain in Wellington, New Zealand, 31 July 2023. (Mundial de Fútbol, Japón, Nueva Zelanda, España) EFE/EPA/RITCHIE TONGO
Miyazawa celebra el primer gol de JapónRITCHIE TONGOAgencia EFE

Las buenas impresiones que había dejado España en los dos primeros partidos se derrumbaron ante la presión y la velocidad de las japonesas. La selección que dirige Jorge Vilda dominó la pelota, como es costumbre, pero se olvidó de proteger su espalda. Y por ahí, al contraataque, llegaron los goles de Japón.

A los 12 minutos Miyazawa ya había puesto a las japonesas por delante. Cogió la espalda a la defensa española y mandó la pelota suave pero pegada al poste, adonde no podía llegar Misa, la portera española.

Algo parecido sucedió en el segundo gol, cuando Ueki remató e Irene Paredes sólo llegó a tiempo de desviar la pelota para despistar un poco más a Misa.

España echaba de menos a Ivana Andrés, la capitana, que no jugó por lesión. En su lugar estaba Rocío Gálvez, a la que le faltó intensidad para defender en la jugada del tercer gol, que nació de un error en el pase de Irene Paredes y que otra vez Miyazawa remató a gol.

En 40 minutos Japón había liquidado las ilusiones de España de ser primera de grupo. Las caras de las jugadoras españolas reflejaban la frustración que les generaba el resultado. Las japonesas no necesitaban la pelota para hacer daño a España. La tenían el tiempo justo, pero lo aprovechaban al máximo.

España seguía fiel a su estilo, tanto que no encontraba alternativas para penetrar en la defensa japonesa. Salma Paralluelo lo intentaba desde lejos en alguna ocasión, pero sin éxito. No había capacidad de sorpresa en el equipo español, en el que tampoco había una delantera centro a la que poder recurrir cuando se agotaban la ideas.

Esa posición la ocupaba Jenni Hermoso, pero la jugadora del Pachuca es otra cosa, una goleadora capaz de jugar en cualquier sitio, pero no una especialista en el juego de fijar a las centrales rivales en el área.

Esa delantera la tenía Vilda en el banquillo. Y recurrió a ella dos veces, primero con Alba Redondo, que había demostrado su facilidad goleadora en los últimos minutos contra Zambia. Y después con Esther González. Pero en el mismo momento en que Esther entraba en el campo Japón encontraba el cuarto gol sorprendiendo de nuevo a la defensa de España, esta vez a partir de un saque de banda. Ahora le tocaba el turno a Tanaka de hacer un agujero en la defensa española.

Esther sí era una presencia inquietante en el área, pero su único remate llegó con facilidad a las manos de la guardameta japonesa.

Vilda volvió a dar la titularidad a Alexia Putellas, pero no funcionó el centro del campo de la selección. La mejor jugadora del mundo en los dos últimos años aún no tiene el ritmo de partidos que exige una selección tan física y tan presionante como Japón. Además, su presencia da la sensación de limitar la importancia de Aitana en el juego de la Roja. Algo que ya sucedió en el partido contra Zambia. Todo pasa por Alexia y Aitana, que fue la mejor jugadora de España en la pasada Eurocopa, pierde peso en el juego del equipo. En lugar de multiplicar su talento al jugar juntas, da la sensación de que se divide. Y eso que Aitana había comenzado bien, buscando la sorpresa con una llegada al área en la que le faltó muy poco para aprovechar la pelota que le puso Mariona Caldentey en el área pequeña.

Prometía más el partido en ese inicio, pero no tardó en llegar el primer golpe. Y con él, todas las dudas cayeron sobre las cabezas de las jugadoras españolas. Lo peor no fue la escandalosa derrota sino la sensación de que a la Roja le faltó capacidad de respuesta.

España recibe un golpe que no esperaba y ahora deberá recomponerse antes de jugar contra Suiza en los octavos de final. Sobre todo anímicamente.