Selección Española

Busquets y las dudas: los números, a su favor, las sensaciones, en contra

España mostró detalles que no invitan al optimismo en el partido contra Irán. Los números del mediocentro dicen que está bien, pero las sensaciones son diferentes.

Busquets y las dudas: los números, a su favor, las sensaciones, en contra
Busquets y las dudas: los números, a su favor, las sensaciones, en contralarazon

España mostró detalles que no invitan al optimismo en el partido contra Irán. Los números del mediocentro dicen que está bien, pero las sensaciones son diferentes.

La escena se ha repetido en los dos partidos que ha jugado España en este Mundial. En el minuto 70 Andrés Iniesta desfila agotado camino del banquillo. El centrocampista ya ha cumplido los 34, lleva media vida jugando en la élite y este Mundial es su despedida de los grandes torneos. No es tan extraño que le cueste llegar al final de los partidos y España tiene recursos para sustituirlo. Pero más complicado es encontrar un descanso para Busquets. Ni siquiera se plantea el seleccionador, Fernando Hierro, darle descanso contra Marruecos en el último partido de la primera fase. «Estamos como para regalar», decía el seleccionador español después del partido contra Irán.

Busquets es el único jugador que no tiene recambio específico entre los 23 convocados. Lopetegui apostó por Thiago y Saúl como alternativas en la plantilla y el único que juega de verdad en su puesto, Rodri, apareció sólo como invitado por si acaso el azulgrana no se recuperaba de las dolencias que le habían impedido jugar el amistoso contra Túnez. Pero Rodri ya está de vuelta en casa y a Busquets le cuesta encontrar el ritmo a los partidos. A pesar de eso, su disparo desde fuera del área, en la segunda mitad, fue el único que tuvo que parar el guardameta iraní en la noche del miércoles.

Lo suyo no parece un asunto físico. Contra Irán estuvo entre los que más corrieron, por encima de los diez kilómetros y sólo seiscientos metros menos que Silva, el más esforzado de los españoles. En realidad, entre todos tuvieron que barrer lo que no corría Koke, que comenzó el encuentro en el banquillo. Contra Portugal, en el estreno, el centrocampista del Atlético superó los once kilómetros de recorrido. Después, sólo Isco superó los diez y Busquets corrió dos kilómetros menos que Koke. En el pase está igual de seguro que siempre, su porcentaje de acierto en la entrega supera el noventa por ciento. Pero su peso en el equipo no parece el mismo.

En realidad, lo que sucede es que España sólo parece España a medias. Mantiene el control de la pelota, el porcentaje de posesión es siempre muy favorable. Contra Portugal, la Roja tuvo el balón un 61 por ciento del tiempo y la cuota subió contra los iraníes, cuando llegó al 70 por ciento. Contra Irán se atascó, probablemente más por el planteamiento de Queiroz que por incapacidad española. «Sabíamos que iba a ser un partido difícil; ellos estaban muy replegados y a nosotros nos costaba crear ocasiones de gol. Hemos tenido la posesión, pero no muchas oportunidades claras. No todos los partidos se iban a ganar fácil», resumía Sergio Ramos después del encuentro.

España se atasca por el medio, pero más preocupa que no fuera capaz de manejar el partido cuando ya tenía el marcador a favor. En ese momento era cuando la selección de Fernando Hierro debía haber encontrado los espacios para hacer daño a lo iraníes, pendientes de buscar el empate. Pero fue al revés, fue el equipo de Queiroz el que se acercó más a la portería de De Gea para crear peligro.

«Sabemos lo que es un Mundial y sabemos también que cada día es más difícil ganar. Para mí, Marruecos ha hecho dos partidos mucho mejores que sus rivales y está ahora en casa. Lo más importante, sobre todo en la fase de grupos, es ganar», resumía Busquets. El juego de España ha dejado algunas dudas, más contra Irán que contra Portugal. Pero muchos de los internacionales saben que los Mundiales se ganan paso a paso. La España arrolladora previa al Mundial de Sudáfrica tuvo que conformarse con marcar ocho goles en siete partidos para ganar su primera estrella. Y cuatro de ellos los ganó por 1-0.

Busquets, además, fue una de las primeras víctimas. Se discutía su presencia en el equipo al lado de Xabi Alonso. Del Bosque había duplicado una función que en la Eurocopa anterior, la del despegue de la Roja, ejercía solo Marcos Senna. Y el que sobraba, según las primeras críticas, era el centrocampista del Barcelona. Fue entonces cuando Del Bosque salió a defenderlo. «Si volviera a ser futbolista me gustaría ser Busquets», decía el antiguo seleccionador. Y la tormenta, igual que vino se fue.

Hierro demuestra en el mediocentro la misma confianza que mostraba Del Bosque. «Fernando es una persona que ha encajado bien en el grupo, muy cercano a los jugadores. Estamos encantados de que esté con nosotros. La idea de fútbol es la misma que teníamos con Lopetegui. La esencia de la Selección es la misma y ojalá que Hierro pueda hacer un gran papel», decía ayer Jordi Alba. Y en esa esencia Busquets sigue siendo un eje fundamental. Igual que lo era con Lopetegui e igual que lo fue con Del Bosque. El camino debe empezar a partir de sus pies.