Croacia

Deschamps conoce el camino

El seleccionador francés puede ser el tercero en ganar el Mundial como jugador y como entrenador, tras Zagallo y Beckenbauer

Antoine Griezmann y Luka Modric se verán las caras hoy en la final del Mundial de Rusia / Efe
Antoine Griezmann y Luka Modric se verán las caras hoy en la final del Mundial de Rusia / Efelarazon

El seleccionador francés puede ser el tercero en ganar el Mundial como jugador y como entrenador, tras Zagallo y Beckenbauer.

Rio Mavuba consolaba a Griezmann hace cuatro años cuando Alemania eliminó a Francia en los cuartos de final del Mundial de Brasil. Hoy no está Rio Mavuba entre los convocados por Deschamps. Pero Griezmann no es el mismo y Francia, tampoco. La experiencia de la pasada Eurocopa, que disputaban en casa y en la que cayeron en la final ante Portugal, les ha endurecido, empezando por su juego y terminando por su carácter. La Francia de 2016 era más alegre, más atrevida. La de 2018 es más segura.

Entre los logros del seleccionador está el de haber contenido a Paul Pogba, un talento anárquico, que funciona como una parte más del engranaje central junto a Kanté y Matuidi. «Pogba habla cuando es necesario, aconseja y motiva», dice Griezmann. Pero el líder del equipo se sienta en el banquillo. Didier Deschamps, el seleccionador, es el vínculo de la selección actual con la campeona del mundo en 1998. «El jefe, de todos modos, sigue siendo Didier Deschamps», reconoce Griezmann en su libro «Antoine Griezmann. Detrás de una sonrisa».

Deschamps era el capitán de Francia en 1998, el único capitán francés que ha recibido la Copa del Mundo. Y repitió en la Eurocopa dos años después. Es una referencia para sus jugadores y el técnico que más veces ha dirigido a la selección francesa en su historia. Hoy sumará su partido número 83, cuatro más de los que dirigió el polémico Raymond Domenech. Hoy, además, puede convertirse en el tercer ganador del Mundial como futbolista y como entrenador. Antes lo consiguieron Mario Zagallo y Franz Beckenbauer. Precisamente fue Zagallo el seleccionador brasileño que se enfrentó en la final a la Francia campeona de 1998.

El técnico francés se crió en Bayona, en el País Vasco francés, y antes del fútbol tuvo inclinación por la pelota y por el rugby. Pero pronto se ocupó del balón redondo y allí lo ha conseguido todo. Fue pionero también en las competiciones de clubes como capitán del Olympique de Marsella, el único equipo francés que ha ganado la Liga de Campeones. Después ganó otra con la Juventus, al que, ya como técnico, devolvió a la Serie A después de su descenso administrativo.

«He intentado transmitir a los jugadores que están probablemente ante el partido más bonito de sus vidas. Es un privilegio jugar este partido. No hay nada más importante», confesaba ayer en la conferencia de prensa oficial. Él sabe lo que significa un partido como el de hoy, la posibilidad de pasar a la historia.

El preparador francés ha utilizado la final de la pasada Eurocopa para concienciar a sus futbolistas. «Hay nueve jugadores que saben qué pasó entonces. Queremos que las cosas sean diferentes esta vez. Encaramos la final con una actitud y con una visión distintas», aseguró. Hay cosas que la experiencia ha modificado en estos dos años. «Hemos cambiado la euforia por la satisfacción de haber llegado hasta aquí y de poder jugar el partido más importante del torneo», explica.

«Sabe cómo hablar a los jugadores», reconoce Pogba, al que ha puesto a trabajar en la selección. «Defender no es mi fuerte, pero es un placer hacerlo en un equipo que defiende tan bien», asegura el centrocampista del Manchester United. A Pogba no hace falta que Deschamps le traslade su ambición. «Yo no tengo la estrella. La llevo en la camiseta, pero yo no la gané», advierte el centrocampista francés. « Como no tienen una estrella querrán una», dice de Croacia. «Pero yo tampoco la tengo e iré a por ella». «Las vacaciones después de la final de la Eurocopa de 2016 todavía las tengo presentes. Sé el sabor de la derrota y es realmente malo. Queremos terminar este campeonato bien», afirma. «No hemos llegado tan lejos para rendirnos».

Durante la temporada tampoco se ha rendido cuando ha pasado malos momentos en su club porque Mourinho lo dejaba en el banquillo. «No puede estar feliz en esta situación», reconocía Deschamps cuando el técnico portugués no contaba con Pogba. El seleccionador francés da equilibro al carácter de su jugador. También ahora que ha dejado entrever que será su último Mundial. «Ha tenido momentos más difíciles que otros. En mi relación con él siempre veo al mismo jugador. Evidentemente acumula más experiencia, aunque sólo tiene 25 años. Está bien mentalmente, contento y motivado», reconoce Deschamps.

Francia huye de la presión. Para Croacia, la presión no existe. «Ganemos o perdamos, pasará algo grande en Croacia. Estamos motivados y confiados en poder ver a 4,5 millones de personas celebrando la victoria», afirma Zlatko Dalic, el seleccionador croata. «Estamos preparados para competir con dignidad. Si ganamos el trofeo, nadie va a estar más orgullosos que nosotros. Y si perdemos, felicitaremos a los rivales y listo. Estamos aquí para disfrutar», admite. Croacia es, tras Uruguay, el país con menos población que ha llegado a una final del Mundial de fútbol. La hazaña ya está hecha para Croacia.