Irán

La España de Isco

Es el líder en el campo de la selección que entrena Fernando Hierro, el que marca la transición real entre el equipo que lo ganó todo entre 2008 y 2012 y la Roja del futuro.

Isco controla un balón en el entrenamiento de ayer de España
Isco controla un balón en el entrenamiento de ayer de Españalarazon

Es el líder en el campo de la selección que entrena Fernando Hierro, el que marca la transición real entre el equipo que lo ganó todo entre 2008 y 2012 y la Roja del futuro.

Todos los balones pasan por Isco. El madridista se ha convertido en la referencia del equipo desde hace mucho tiempo. Es el jugador al que todos miran cuando las cosas se complican. Por eso es el futbolista que más pases recibe de sus compañeros. Sólo contra Portugal lo superó Sergio Ramos, que recibió 103 balones de sus compañeros por 98 de Isco. Pero en los siguientes encuentros, el «22» de España fue el objetivo preferido del resto. 113 pases le dieron contra Irán –el segundo más buscado fue Busquets con 87– y contra Marruecos le entregaron la pelota 109 veces por las 97 de Sergio Ramos.

Isco es el centro del juego igual que antes lo fue Xavi. Todo se mueve a su alrededor y todo depende de él. «No juega, pero a mí me gusta», decía Lopetegui la primera vez que lo convocó, en octubre de 2016. Entonces estaba escondido al fondo de las preferencias de Zidane, pero Julen confiaba en él. Por algo había sido el mejor jugador de la Eurocopa sub'21 de 2013. Pero el pase al Real Madrid pareció dificultarle la progresión. La competencia era máxima y sus minutos escasos y así, aparecía y desaparecía de las convocatorias de la selección mayor.

Otros compañeros suyos en aquella Eurocopa de Israel parecían haber avanzado más que él. Koke y De Gea estuvieron en el pasado Mundial, aunque el portero no jugó. Thiago se quedó fuera por lesión y se unió al grupo de Del Bosque con Bartra y Morata en la Eurocopa de 2016 en Francia. Y Carvajal se la perdía por lesión. La «dulce transición» de la que hablaba Vicente para la portería se aplicaba también al resto del campo. No se notaba, pero el cambio iba penetrando en todas las líneas del equipo. Sin embargo, Isco no encontraba la manera de integrarse en el bloque. Hasta que Lopetegui confió en él de manera incondicional. Dos años después representa de verdad el cambio generacional. España llegó al Mundial apoyada en David Silva y Andrés Iniesta, veteranos de la Eurocopa 2008. Silva era el goleador y el jugador imprescindible para Julen. Iniesta es Iniesta, no hace falta más. Pero los dos han cedido protagonismo a Isco. Iniesta es, con Jordi Alba, el jugador que más le busca. Entre los tres suman los mejores momentos de la Selección, que encuentra en esa banda izquierda el camino hacia el gol.

Isco es, también, uno de los jugadores que más veces acelera en los partidos. Según las estadísticas de la FIFA fue el que más veces esprintó contra Portugal y ante Irán y Marruecos sólo lo superaron los dos laterales, Carvajal y Jordi Alba. «Llega la hora de la verdad y confío en este equipo», decía después del partido empatado contra los marroquíes. Sus compañeros y Fernando Hierro, el seleccionador, confían especialmente en él. Lo dicen los números y lo dice también el juego de la Roja, que depende de él.