Luis Enrique

Los restos

Unos aficionados juegan al futbolín en la Plaza Roja de Moscú
Unos aficionados juegan al futbolín en la Plaza Roja de Moscúlarazon

¿No podríamos suspender la Selección por dos años? Dos años sin saber nada, ¿vale? Autogestión, meditación, yoga silencioso, que metan la cabeza en un cubo, lo que sea. Que se callen ya, que de esta me hago persa o marroquí, que bien guapos eran los jodíos

Una cosa que quería preguntarles a Vds. ¿No podríamos suspender la Selección por dos años? Dos años sin saber nada, ¿vale? Autogestión, meditación, yoga silencioso, que metan la cabeza en un cubo, lo que sea. Que se callen ya, que de esta me hago persa o marroquí, que bien guapos eran los jodíos, eh. Es que he acabado de La Roja hasta el mismísimo níspero y, ahora que nos ha contado que el nuevo míster va a ser Luis Enrique, me apetece tanto como cavar viñas. Por una parte me apetece que sea este limón masticado de tipo. Creo, sinceramente, que España ha sido, en las últimas convocatorias, un remedo de Barça y Madrid, pero sobre todo del Real Madrid. Asistíamos a convocatorias imposibles, rellenas de suplentes, por el simple hecho de ser del Madrid. Lo empezó Del Bosque con Nacho y de aquellos polvos estos lodos. No creo que se nos deba pedir a los españoles animar como si fuéramos todos a una. No me siento de lo mismo, prefiero a Aspas al banquillo blanco y creo que eso hace más sentimiento del que los responsables suponen. Ahora bien, nos llega Luis Enrique. Ese tipo que echó pestes de determinadas aficiones (de la madridista, abiertamente) y que consideró al Barça por encima del resto. No creo que sean las mejores credenciales, la verdad, para aunar, para cohesionar a un país que se parte. Solo ese país se fusionó por el fútbol y no parece que lo vaya a conseguir un seleccionador cuyo currículum sea una película de chinos. Creo que vamos a otro maremoto, Dios nos pille confesados en las salas de prensa, esperemos que el Santo Job asista al asturiano y a nosotros también. Nos queda siempre el consuelo de que su director deportivo es José Francisco Molina, un jugador diferente, distinto. No era solo un portero, no era un portero al uso, era un jugador especial. Siempre fui de Molina y sé que él, más que nadie, sabe tratar con gente que no se acopla a las normas, que mea fuera del tiesto y con razón. Válgame San Válgame y que no volquemos. Por lo demás, si quieren que les diga qué siento ahora ante lo que nos queda de Mundial, les diría lo que ha dicho uno de mis ídolos musicales argentinos. Iván Noble escribió la otra tarde en Twitter: «De ahora en más, lo único que quiero de este Mundial es que los partidos que quedan se definan por penales. Y si es posible, con algún tumulto, trifulca, tal vez trompadas y 3 expulsados por equipo». Eso es lo único que me da consuelo. Se nos ha quedado una Eurocopa muy apañada, pero el fútbol es peor sin el resto del planeta. Para que luego digan que somos el Primer Mundo. Menuda enseñanza nos da lo de Moscú. Sin el resto, ricos o pobres, somos un puto coñazo.