Toni Kroos

Mundial 2018 | Alemania-Suecia: Kross y Reus salvan a Alemania del desastre

Suecia quedó estacionado con 3 puntos y Alemania con igual renta en un grupo que domina México con 6 y dejó a Corea del Sur en el último puesto y con las manos vacías.

Toni Kroos celebra con su compañero Marco Reus el segundo gol que ha dado la victoria a Alemania ante Suecia. (AP Photo/Frank Augstein)
Toni Kroos celebra con su compañero Marco Reus el segundo gol que ha dado la victoria a Alemania ante Suecia. (AP Photo/Frank Augstein)larazon

No tan rápido. La campeona sigue con vida. Después de pasarse todo el partido agonizando se salvó en el último segundo, jugando con diez y cuando medio mundo se frotaba las manos con la primera eliminación de Alemania en la fase de grupos de un Mundial desde 1938. Suecia vio posible la hazaña de ganar y mandar a casa a un gigante, como ya había hecho en la repesca con Italia, y también creyó que el empate era posible y dejar a Alemania al borde del abismo y sin depender de sí misma en la última jornada. Todo eso pudo suceder, pero la frase de Lineker de que el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y siempre ganan los alemanes se cumplió de alguna manera cuando el reloj se acercaba al quinto minuto de descuento. Fue una falta lateral, pegadita a la línea del área, que Kroos puso en la escuadra de Olsen con una precisión de cirujano para romper todas las cuentas que se habían estado haciendo. La Mannschaft volvía a tener el futuro en sus manos y ganaba tiempo para empezar a recuperar la solvencia que ha perdido últimamente.

Joachim Löw viajó a la Ciudad del Fútbol para copiar los métodos de trabajo y el sistema de la Selección española. Era la fórmula ganadora y además la más atractiva, así que había que seguir ese guión. Con él levantó el título en Brasil y en la Copa Confederaciones que sirvió de ensayo para el torneo que se está disputando ahora.

El problema para el seleccionador es que tan bien había calcado a España que muy cerca estuvo de repetir una eliminación prematura en la defensa del título. Sólo dos partidos necesitó la Roja para certificar su vuelta a casa en 2014 y este mismo camino lo rozó Alemania ayer. La campeona entró al partido con el exceso de ansiedad propio del naufragio del estreno frente a México. Con Khedira, Hummels y Özil en el banquillo y algunas caras nuevas en busca de cambiar las sensaciones. Quiso asustar desde el principio a Suecia, pero las primeras ocasiones, clarísimas, no disiparon las dudas, porque por mucho que en el minuto diez el saldo de pases fuese de 122 a 6 en contra de los suecos, éstos no necesitaban más que un par de pelotazos para amenazar a Neuer.

Tras un fallo en el pase de Kroos –sí, suena raro pero es así– Toivonen descolgó con el pecho una pelota que venía de las nubes y puso a Alemania de rodillas. Con una hora por delante, la montaña a ascender era el doble de alta y esta Alemania no es tan autoritaria como antaño. Está en pleno cambio generacional y lo está acusando, por mucho que el proyecto en el banquillo sea el mismo desde hace tiempo. No hay confianza total en los jóvenes y tampoco han sido capaces de dar carpetazo a algunos históricos.

La solución de Löw ayer, por ejemplo, no fue meter a Özil para que inventara. Lo que sucedió fue que apareció Mario Gómez para tener un «9» de referencia como toda la vida. Ese movimiento desplazó a Werner a la izquierda, donde empezó a hacer daño. Por allí llegó el empate, un consuelo sólo a medias, ya que así la igualada entre Suecia y México en la tercera jornada era tan previsible como mortal para la campeona. Brandt se encontró con el palo y los suecos aguantaban el chaparrón ordenados aunque con poca salida. Se les iba la vida, pero el escudo pesa y Kroos lo sabía mejor que nadie. El madridista se apropió de la última bala y fue la buena a pesar de la inferioridad numérica y del esfuerzo sueco. ¿Por qué? Sencillamente Alemania.

Así queda el grupo F de México, Suecia, Alemania y Corea del Sur