Uruguay

2-1. Cavani ejecuta a Portugal

Un doblete del delantero del PSG ha clasificado a Uruguay a los cuartos de final del Mundial de Rusia en los que le espera Francia, y ha devuelto a casa a Portugal

Cavani celebra uno de sus dos goles anotados ante Portugal / Ap
Cavani celebra uno de sus dos goles anotados ante Portugal / Aplarazon

Un doblete del delantero del PSG ha clasificado a Uruguay a los cuartos de final del Mundial de Rusia en los que le espera Francia, y ha devuelto a casa a Portugal.

Se marchó cojeando Cavani, temiendo que no pueda jugar los cuartos de final contra Francia después de su exhibición contra Portugal. Dos remates espectaculares, el primero con la cabeza, el segundo con el interior del pie, mandaron a la lona a Portugal y dieron el pase a Uruguay, un equipo sacrificado, que se echa atrás en cuanto tiene la oportunidad y que se fía, y hace bien, de los hombres que tiene delante. No necesita más. Mantenerse fuerte en defensa y cuando lo ve necesario, que es casi siempre, pelotazo arriba para que Luis Suárez y Cavani se cocinen la jugada.

Chocó Portugal, que sólo vio la luz durante los primeros veinte minutos de la segunda mitad, cuando por fin encontró el ritmo preciso para forzar alguna grieta en el rival. Fue entonces cuando marcó Pepe y cuando, por primera vez en todo el partido, el conjunto europeo se vio superior al contrario. Lo de antes, lo que había sucedido durante la primera mitad fue una tortura para los portugueses, obligados a hacer algo que no saben y para lo que no están entrenados: llevar el peso del partido y atacar en estático a un rival que ha hecho de defender una manera de vivir. Lento, sin que nadie imaginase algo distinto, Portugal tuvo la posesión para nada, quizá para desesperarse. Al final, las jugadas acababan en balones al área en busca de Ronaldo, en desventaja siempre con los centrales y el portero rival.

Se acabó el Mundial para el delantero madridista al mismo tiempo que se terminó para Messi. Cristiano empezó muy bien contra España y después no pudo seguir tirando de un equipo que ha perdido fuelle desde que ganó la Eurocopa. Sigue siendo un equipo rocoso, pero ya no lo es tanto y le han faltado goles. Sólo ha ganado a Marruecos. Empató contra España y pasó por los pelos contra Irán. Al filo del precipicio siempre, no pudo contra Uruguay. Sin ideas al principio y desesperada al final, cuando necesitaba un gol para empatar, a Portugal se la vio falta de ideas, sin nada que oponer a un equipo que se encierra. Guedes era de lo mas imaginativo, pero fue sustituido porque no encontraba el sitio. Por la dereha insistía Pereira, pero sin nada de provecho. La salida de Cuaresma le dio más carácter y empujó hasta el final, pero sólo con carácter no se puede contra un rival que ha marcado la historia del fútbol con su carácter.

Porque Uruguay jugó el partido que quería: el balón para el rival, el campo para el rival, la desesperación, para el rival. Antes del minuto 10, ya había hecho lo que pretendía: marcar. Fue un robo de balón de Cavani, que hizo una especie de pared con Luis Suárez. Cada uno estaba en una banda. Cavani le dio un pase largo, Luis Suárez aguantó un poco y le puso otro pase largo a la cabeza o pecho de Cavani, que entraba con la decisión de los perturbados, de lo que no creen cosas que otros no creen, que viven sólo para un objetivo. Su cabezazo puso el partido y la eliminatoria de cara para los de Tabárez y obligó a Portugal a jugar el partido que no quería.

La repetida imagen de Cavani jugando de interior para recuperar balones ejemplifica lo que es Uruguay: una selección con las jerarquías muy claras, pero en la que nadie puede permitirse no trabajar. No le importa a Uruguay defender casi en su área, porque es ahí donde se siente casi invencible. Lo pasó peor en la segunda mitad, cuando y ano pudo salir a la contra. El gol de Pepe pudo dejarla en «shock», pero un balón largo acabó en la pierna derecha de Cavani y lo acarició para superar a Rui Patricio. Una dulce ejecución.