El anfitrión

Mundial de Qatar 2022: León, la otra capital de Qatar

Cinco de los jugadores de la selección anfitriona han pasado por la Cultural Leonesa, el Atlético Astorga o el Júpiter Leonés

Almoez Ali, que jugó en la Cultural Leonesa, es la principal referencia de la selección qatarí
Almoez Ali, que jugó en la Cultural Leonesa, es la principal referencia de la selección qataríDarko BandicAgencia AP

Tarek Salman, Mohammed Waad, Assim Madibo, Almoez Ali y Khalid Muneer. Los cinco tienen una característica común: participarán en el Mundial con Qatar y en algún momento de sus carreras formaron parte del Atlético Astorga o de la Cultural Leonesa y de su filial, el Júpiter Leonés. Por León, durante los últimos siete años, pasó una hornada de jugadores del país árabe en la búsqueda de una formación con visión de futuro.

El fútbol del anfitrión ha evolucionado en la última década. Desde que Qatar fue elegida en 2010 para acoger el Mundial, la federación del país árabe inició un trabajo a largo plazo para elevar el nivel de sus futbolistas. Intentó una revolución formativa desde dentro, pero también con la mirada puesta fuera de sus fronteras.

Echó sus redes para pescar sedes formativas con nivel y una cayó encima de la Cultural Leonesa, que se convirtió en una pequeña cantera del combinado que dirige el español Félix Sánchez y que debutará ante Ecuador.

Salman, Waad, Madibo, Ali y Muneer son el máximo exponente de un sistema exitoso que ha beneficiado a dos partes. Por un lado, Qatar ha conseguido que algunos de sus jugadores salgan del país para foguearse en trincheras europeas, con técnicos más experimentados cuando Qatar inició su aventura mundialista. Y, por el otro, la Cultural Leonesa, con problemas financieros en 2015, cuando comenzó la relación entre ambas partes, ahora ha dejado de mirar con preocupación el estado de sus cuentas.

Aspire Academy, al rescate

¿Cómo comenzó la relación entre Qatar y la Cultural Leonesa? A través de la Aspire Academy, una escuela deportiva de alto nivel financiada por el gobierno árabe con sede en Doha fundada en 2004 y con un principal objetivo: formar a atletas qataríes.

Entre sus proyectos, crearon el H.O.P.E (Habituating Overseas Professional Experience -Habituar la Experiencia Profesional en el Extranjero) con la idea de enviar a sus jugadores a clubes europeos para que adquiriesen experiencia y desarrollaran sus habilidades.

La mayoría de ellos recalaron en la Cultural Leonesa, aunque algunos también acabaron en el Villarreal, el Salzburgo y el LASK Linz austríacos o el Eupen belga.

En la Cultural, el desembarco de Aspire fue total. Cuando llegó en 2015, el club buscaba soluciones para lidiar con una deuda de 1,7 millones de euros. Antes, en 2009, se inició un procedimiento concursal. Los nubarrones se cernían sobre la Cultural, que necesitaba un aliado para aliviar sus penas.

Entonces, apareció Aspire para comprar la mayoría de las acciones de la Cultural y sostener al club, que ahora tiene una deuda cero. Y, no sólo potenció su sostenibilidad económica, también impulsó deportivamente al club, que en la segunda temporada de la academia, ascendió a Segunda División (curso 2016/17). Aunque el curso siguiente volvió a descender, la deuda fue bajando año a año hasta anularla definitivamente.

Por el camino, los jugadores qataríes fueron apareciendo por el club leonés. Por allí no sólo pasaron los que ahora lucirán en el Mundial sus nombres. Otros como Assim Madibo, Sultan Al Brake, Tameem Al-Muhaza, Abdullah Al-Ahrak o Ahmad Yasser se formaron en la Cultural Leonesa para luego salir y buscar nuevas aventuras con las que desarrollar su carrera profesional.

Todos tenían una cualidad parecida. Eran jóvenes con talento que rondaban los 18-20 años y con ganas de absorber conocimientos. Aunque no jugaron mucho, simplemente, entrenarse en Europa ya era un aprendizaje muy valioso. Y, de los cinco mundialistas, Almoez Ali es ahora el jugador más reconocido de su selección.

Antes de acabar en la Cultural Leonesa, Ali formó parte del juvenil del Eupen y del LASK Linz, donde debutó como profesional en Segunda División. Después, se marchó a León, y aunque no triunfó en ninguno de los tres equipos, adquirió una experiencia valiosísima que fue clave en la conquista de la Copa Asia de 2019. El ahora jugador del Al-Duhail fue el máximo goleador del torneo con nueve tantos, muy por encima de sus dos perseguidores, el iraní Sardar Azmoun y el japonés Yuya Osako, que firmaron cuatro.

Ali lidera a Qatar en su Mundial. Junto a Tarek Salman, Waad, Madibo y Muneer, forma parte de la guardia pretoriana del combinado árabe que se formó en la Cultural Leonesa, que volvió a ver a sus hijos pródigos en un amistoso disputado en septiembre para conmemorar el centenario del club español. Qatar ganó 0-3, con un doblete de Ali y un tanto de Tarek Salman y demostró que su evolución marcha por el buen camino.

En el comienzo del torneo tendrá una prueba de fuego real. Disputará ante Ecuador los noventa minutos más importantes de su historia. En ellos, intentará recoger los frutos del trabajo de toda una década. Sin duda, si el resultado es positivo, parte del reconocimiento tendrá que ser para la Cultural Leonesa, pieza importante de la formación de unos jugadores que ahora son clave en la realidad de una selección que sueña con hacer un papel digno en su Mundial.