Grupo H

Mundial de Qatar 2022. Portugal bosteza mejor que Uruguay

Bruno Fernandes marcó los dos goles de los portugueses, aunque uno lo reclamó Cristiano, ante una Uruguay insustancial

Bruno Fernandes festeja su segundo gol
Bruno Fernandes festeja su segundo golAijaz RahiAgencia AP

Saltó al campo un espontáneo con una camiseta de Supermán en la que se podía leer «Salvemos Ucrania» y una bandera arcoíris y el quiebro que hizo al primer guardia de seguridad que salió a por él fue la jugada más aplaudida del partido. Lo placó el segundo que le salió al paso, pero los aplausos fueron para él.

Necesitaban algo que les sacara del tedio los aficionados, que hasta entonces sólo habían disfrutado con una arrancada de Bentancur desde el centro del campo que resolvió al borde del área con un regate que le dejó solo ante Diogo Costa. Se le hizo enorme el guardameta portugués y no pudo superarlo en el mano a mano, pero el centrocampista uruguayo fue el único que se salió del guion.

No son dadas a grandes espectáculos ninguna de las dos selecciones, que cargan con el peso de los años en sus jugadores y del conservadurismo de sus entrenadores. Uruguay lo fiaba todo a no perder y al último partido contra Ghana y a Portugal empate ya le iba bien para acercarse a los octavos de final.

Hasta que Cristiano reclamó el gol que había marcado Bruno Fernandes. Fue sin querer, porque el centrocampista portugués buscaba la cabeza de su capitán. Hizo el gesto del remate Ronaldo, pero sólo acompañó el movimiento del balón sin tocarlo.

Cristiano lo reclamó para él y se fue a abrazar a Bruno, su ya excompañero en el Manchester United, que lo reclamaba por otro lado. La FIFA se lo dio Bruno y Cristiano se quedó sin su decimonoveno gol en los mundiales.

Al menos el gol portugués sirvió para que Uruguay se lanzara en busca del empate. Lo tuvo cerca en un remate al palo de Olivera y volvió a acercarse Varela con un disparo que salió cerca del poste. Eran los dos laterales los que más peligro creaban en el equipo que entrena Diego Alonso. El sistema de tres centrales les deja libertad para moverse hacia arriba y permite jugar más protegidos a sus veteranos centrales. Y eran ellos dos los que acercaban a su equipo al área contraria.

El intento de reacción de los uruguayos quedó desactivado con un penalti de esos modernos. Giménez se tiró al suelo para robar el balón a Bruno Fernandes, pero se llevó el caño del portugués y el penalti por tocar el balón con la mano en su caída.

Marcó Bruno Fernandes otra vez y su lanzamiento desde los once metros dio paso a un pequeño festival que lo convirtió en el único protagonista del partido. Primero con una volea esquinada que despejó Rochet, el guardameta uruguayo. Más tarde con un remate desde fuera del área que mandó fuera el poste.

Uruguay no tuvo mucho más que decir. Recurrió a la historia, Luis Suárez sustituyó a Cavani y la vida siguió igual. Portugal ya está en cuartos de final y dio la sensación de que pueden ser igual de aburridos que siempre, pero tienen muchos argumentos mejores que Cristiano Ronaldo para pensar en hacer algo grande en este Mundial. Cuando se fue su capitán fueron más libres y jugaron mejor.