Octavos de final

Mundial de Qatar 2022. Brasil pone a bailar a Tite

Goleó a Corea del Sur (4-1) con una exhibición ofensiva en la primera mitad y se permitió dar minutos a su portero suplente en el tramo final del partido

Los jugadores de Brasil homenajean a Pelé después del partido
Los jugadores de Brasil homenajean a Pelé después del partidoTolga BozogluAgencia EFE

Brasil llega bailando a los cuartos de final. Los jugadores celebraban los goles al ritmo de la incansable batucada de sus aficionados en las gradas y hasta Richarlison se atrevió a sacar a bailar a Tite, el seleccionador, para celebrar el tercer gol. Una celebración exagerada y de mal gusto, aunque el gol se mereciera una celebración especial.

Los brasileños se permitieron juntar a los dos centrales, Marquinhos y Thiago Silva, en el borde del área para encadenar dos pases que remató Richarlison de primeras y con la izquierda. Con la misma facilidad que lo hizo todo Brasil durante el partido. Como si fuera un juego, como si no costara, para terminar todo con una sonrisa y con un baile. Y mientras Tite bailaba, Paulo Bento, el seleccionador coreano se desesperaba.

No se había visto una superioridad igual en todo el torneo. Ni siquiera en el España-Costa Rica, porque ahí la Roja no dejó de apretar hasta el tiempo añadido. Y Brasil frenó, se dejó ir un poco después del descanso para enseñar a su portero, Alisson, que sacó un par de balones complicados. Los jugadores coreanos, que ni siquiera podían agarrarse a Son para encontrar algo de esperanza.

Corea fue devorada al ritmo de la batucada. Brasil la había liquidado a los siete minutos con un golazo de Vinicius después de una jugada de Raphinha por la banda derecha. Su pase atrás lo remató el madridista a la escuadra. Tres minutos después, un penalti a Richarlison que marcó Neymar con esa ridícula «paradinha» que afea todos los lanzamientos desde los once metros, marcaba el segundo.

A Brasil sólo le faltaban un par de detalles para completar la fiesta. Y después del gol de Richarlison llegó otra espectacular jugada entre Vinicius y Paqueta para rematar el cuarto. El extremo llegó hasta la línea de fondo, puso un globo atrás que superó a toda la defensa y el acompañante de Casemiro en el centro del campo marcó el cuarto sin dejarla caer.

Brasil lo hace todo bien y lo hace bonito sin necesidad de encomendarse a Neymar, que reaparecía después de lesionarse en la primera jornada. Tampoco le hace falta protegerse demasiado en el centro del campo. Su dominio es tan abrumador que les sobra con Casemiro y Paquetá para guardar las espaldas de Raphinha, Vinicius, Richarlison y Neymar.

Ni siquiera echó de menos Brasil a sus laterales en ataque. No podía contar Tite con ninguno de sus laterales izquierdos y resolvió el problema con Militao como lateral derecho y con Danilo en el costado izquierdo. Dani Alves, con casi 40 años, sólo tuvo minutos en la segunda mitad, con el partido ya decidido. Pero estuvo cerca de marcar un gol espectacular de chilena que hubiera puesto el fin de fiesta que se merecía el partido de los brasileños.

Alves es una reliquia en el armario de Brasil, donde todo funciona a la perfección. Le sobró toda la segunda parte para proteger a sus jugadores y Tite hasta se permitió sustituir a Alisson en los últimos minutos para que Weverton, el portero suplente, disfrutara de unos minutos en el Mundial.

Antes de eso había llegado el gol de Corea del Sur, en un lanzamiento desde fuera del área que Alisson no vio. El portero del Liverpool había evitado varios remates de los coreanos antes de marcharse.

Se fue con los deberes hechos. Como Neymar, que fue sustituido por Rodrygo a falta de diez minutos para el final. El delantero del PSG ya no es tan imprescindible en Brasil, que colecciona delanteros como si nada. Pero sus compañeros y Tite se sienten más seguros con él sobre el campo.

Brasil asusta y España respira por no tener que enfrentarse con él hasta la final. La Roja puede sentirse afortunada al menos hasta que comience el partido contra el Marruecos. Es difícil imaginar cómo salir vivo de un enfrentamiento con la pentacampeona del mundo.

Tiene de todo y en abundancia, a pesar de las ausencias, y tiene ganas de poner a bailar de nuevo a su entrenador. Tite espera el momento poder volver a la pista.