Hombre decisivo

Mundial de Qatar 2022: Bono, el verdugo de España que nació en Canadá, habla argentino, es fan de River y alumno de Simeone

El portero de Marruecos aprendió castellano con el Cholo y el Mono Burgos en el filial del Atlético

Bono, manteado por sus compañeros tras parar dos penaltis a España en la tanda
Bono, manteado por sus compañeros tras parar dos penaltis a España en la tandaDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Desde que se fueron Koundé y Diego Carlos no hay un futbolista al que el aficionado del Sevilla tenga más fe que a Yassine Bounou, Bono en su camiseta y para el mundo del fútbol. Después de cada derrota o mal partido esta temporada, el sevillismo siempre repite la misma coletilla: «el único que se salva es Bono». El marroquí entró en la Liga Europa ganada en 2020 en el Olimpo de los porteros milagrosos del club junto a Palop, héroe del título de 2007 con su gol al Shakhtar y sus tres penaltis parados en la final ante el Espanyol. En la Europa League de la pandemia Bono hizo seis paradas salvadoras al Manchester United de Martial y Rashford y le paró una pena máxima al Wolverhampton nada más arrancar el partido. Ahí convenció al sevillismo para siempre, y mucho más con el trofeo Zamora que le ganó a su amigo Courtois la temporada pasada en la Liga Santander. Llegó al Sánchez Pizjuán como cedido desde el Girona en los tiempos en los que el radar de Monchi funcionaba y el club andaluz ejecutó la opción de compra de 4 millones cuando ya le había ganado la titularidad a Vaclik, lastrado por una lesión de rodilla.

Esos 4 millones son una ganga para el portero de moda del Mundial de Qatar junto a Livakovic, los dos reyes de las tandas de penaltis hasta ahora. Bono es héroe nacional ahora mismo en el país de origen de sus padres y el que eligió para jugar como internacional. Porque Yassine nació en Montreal y vivió en Canadá hasta los 8 años y después de salir de la cantera del Wydad Casablanca y jugar en el primer equipo fue reclamado por el Atlético para su segundo equipo. En los entrenamientos del Cerro del Espino aprendió castellano y todo el mundo que lo escucha hablar por primera vez se sorprende, porque si cierras los ojos te crees que estás hablando con el portero de Argentina o de Uruguay. Tiene acento, vocabulario y hasta la entonación del español porteño y él mismo explicaba en una entrevista en la Cadena Ser el porqué: «Aprendí hablando con el Cholo Simeone y con el Mono Burgos y por eso se me quedó», cuenta este futbolista que hasta en los momentos de máxima tensión parece tranquilo.

Con el Mono Burgos también comparte la pasión por River Plate, equipo del que es hincha desde pequeño cuando lo veía por televisión. Su jugador preferido era el Burrito Ortega y por eso le puso de nombre Ariel a su perro. Precisamente Burgos le ayudó en 2018 a conseguir entradas para la final de la Libertadores en el Bernabéu contra Boca Juniors, que vio en el estadio junto a su mujer.

De los porteros que han pasado por la portería de River destaca a Fillol y Franco Armani y cuando tiene que enumerar en los que se fijó cuando empezaba le salen los nombres de Van der Sar, Cañizares... «Cada uno tiene su época y se adapta a una forma de jugar concreta», explica. Su cesión al Girona de Machín le cambió la vida. Llegó como suplente, pero tras el ascenso a Primera ya no soltó la titularidad por delante de Gorka Iraizoz. Al Sevilla también llegó como suplente de Vaclik y se hizo con el puesto hasta ser el más indiscutible de cada alineación. Con Marruecos vio desde el banquillo los tres partidos que jugaron los norteafricanos en Rusia 2018 y ahora ya suma tres choques en Qatar 2022. Se perdió el segundo de la fase de grupos, cuando después del himno tuvo que ser sustituido por una indisposición. En el más importante ha sido decisivo y no quiere parar.