Sin relevo
Mundial Qatar 2022. La generación perdida de España
Los campeones de Europa sub’21 en 2013 debían haber sido el relevo de los campeones del mundo, pero nunca dieron el paso
Un año después de que España ganara su último título, la Eurocopa 2012, la Roja conquistaba el título continental en la categoría sub’21 con Julen Lopetegui en el banquillo. El relevo parecía asegurado con aquella generación en la que destacaban especialmente De Gea, Illarramendi, Thiago, Isco y Morata. Cumplidos ya los 30 por la mayoría, sólo Morata ha conseguido asentarse como imprescindible en la selección. Y Koke, con el que Luis Enrique no contaba en sus primeros momentos, y que ha disputado su tercer Mundial. El capitán del Atlético es básico en el grupo para el seleccionador, a pesar de que apenas ha jugado en este Mundial. «Con Koke no tengo ninguna duda, ninguna duda de ningún tipo», dijo Luis Enrique en el momento de anunciar la convocatoria.
Aunque 18 de los 23 jugadores de aquella selección han debutado con la absoluta, no dieron el paso para ser el relevo que necesitaba España después de la era gloriosa de las dos Eurocopas y el Mundial.
De Gea relevó a Casillas ya en la Eurocopa de 2016, pero con Luis Enrique, que fue su mayor defensor ante la prensa durante un tiempo, desapareció de las alineaciones antes de la Eurocopa pasada y de las convocatorias, después.
Isco pareció ser el líder del equipo en la etapa de Lopetegui como seleccionador, pero su figura se apagó a medida que dejaba de tener importancia en el Real Madrid. Thiago nunca fue el Xavi que se esperaba para la nueva generación y con Illarramendi pudieron las lesiones y su fichaje por el Real Madrid.
Y a este Mundial han llegado Koke, Morata y jugadores que no eran decisivos en aquel equipo: Carvajal y Sarabia. Solo Carvajal y Koke repiten del anterior Mundial, en el que también estuvieron De Gea, Nacho, Thiago, Isco y Rodrigo.
Luis Enrique ha contado en varias ocasiones con Iñigo Martínez y con Canales, que no han llegado a jugar ningún Mundial. Pero ninguno de ellos ha conseguido nunca llegar al nivel de los mejores del mundo, como sucedía en la época de Vicente del Bosque en el banquillo. Casillas, Ramos, Piqué, Puyol, Busquets, Xavi, Iniesta o Villa estaban entre los candidatos a jugar en cualquier selección mundial.
Esta generación, alcanzada la madurez, se ha perdido. Y Luis Enrique ha tenido que buscar futbolistas más jóvenes para encontrar ese relevo con jugadores como Gavi y Pedri. Pero entre los veteranos y ellos hay pocos. La generación liderada por Saúl, por ejemplo, apenas ha contado con Rodri como representante en este Mundial. Es la generación de Iñaki Williams, que ha terminado jugando el torneo con Ghana mientras su hermano pequeño se estrenaba al mismo tiempo que él en una Copa del Mundo, pero con solo 20 años y con España.
Y los que llegaron después como Asensio, Ceballos, Fabián y Mikel Merino tampoco han conseguido hacerse imprescindibles. España siempre se siente en condiciones de repetir los éxitos, pero lo cierto es que las generaciones que han llegado después no han cumplido con su función de asegurar el relevo. El problema, quizá, está en los jugadores y no en el banquillo.
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