Champions League

Atlético de Madrid

Objetivo: llegar sanos

Recuperar a Casemiro y Benzema es el trabajo principal del Madrid hasta la final. Y no sufrir ninguna lesión, tras la plaga de este año

Abdominales, esfuerzo, entrega total y alegría a flor de piel, Filipe, para encarar los dos últimos partidos de Liga antes de la gran final
Abdominales, esfuerzo, entrega total y alegría a flor de piel, Filipe, para encarar los dos últimos partidos de Liga antes de la gran finallarazon

Recuperar a Casemiro y Benzema es el trabajo principal del Madrid hasta la final. Y no sufrir ninguna lesión, tras la plaga de este año

El 28 de mayo. Ésa es la fecha que perseguía el Madrid a principio de temporada y a ese día va a llegar con la esperanza intacta. Quién lo iba a decir tras todo lo que ha sucedido durante este curso. Pero si algo sabe hacer este club es sobrevivir cuando parece que se ha perdido toda la calma. Han sido extraños, difíciles y puede que inexplicables todos los capítulos que le han sucedido al conjunto blanco. Desde el no fichaje de De Gea hasta la eliminación de la Copa pasando por las constantes lesiones, que entorpecieron el trabajo de Benítez y no han ayudado al de Zidane.

Pasado todo, con la final en el horizonte, en el club se piensa que ya ha cambiado la suerte. Y se piensa, además, que hay que llegar a final del mes con todos los jugadores disponibles y a tope. Queda tiempo y dos partidos de Liga por medio. Hay que disputarlos para apurar al máximo las opciones, pero no se va a arriesgar más de lo necesario. Porque no se quieren sufrir más lesiones de jugadores claves ahora que está en la mano el éxito y porque se quiere recuperar a los dos hombres que faltaron el miércoles.

Una piña

Casemiro y Benzema saltaron al campo para celebrar con el resto de sus compañeros una clasificación que sin ellos se había puesto un pelín peliaguda. Jesé sustituyó al francés, pero es un futbolista mucho más vertical y menos asociativo. No manejaba Zidane otra opción porque ni Cristiano ni Bale van a jugar un partido entero de delanteros centro. Y Borja Mayoral aún parece un poco verde. Por Casemiro jugó Isco, que se dejó la piel, pero el brasileño da una seguridad al Madrid que se nota, sobre todo, cuando no juega. Sin él, el equipo y Modric y Kroos, principalmente, se sienten desprotegidos.

Casemiro preocupa menos: según algunas informaciones hubiese podido disputar el partido si llega a ser la final. Zidane no quiso arriesgar con él. Desde la derrota contra el Atlético ha disputado todo menos tres duelos. En uno por descanso, en otro por sanción y el del miércoles por precaución.

Quien más preocupa es Benzema. El francés es uno de los ojitos derechos de Zidane en el banquillo. Lo era cuando fue segundo con Ancelotti y se volcó en él y en Varane porque son con los que, naturalmente, mejor se entiende en su idioma. En castellano se expresa bien Zidane, pero le cuesta más encontrar las palabras. Karim es uno de sus hombres de confianza y no se va a arriesgar nada con él. Si está antes, fenomenal; si no, se va a ir paso a paso, con la confianza de que hay tiempo para tenerle a tope.

El objetivo es rotar, que nadie se encuentre en peligro de lesión muscular, lo que se ha convertido en una obsesión tanto en el vestuario como en el equipo médico. Muchos de los cambios se hacen por precaución porque los informes alertan acerca de qué futbolista puede sufrir un percance. Luego el fútbol y lo que sucede en el campo es imprevisible, pero durante estos dos partidos que quedan y también en las sesiones de entrenamiento se va a tener el máximo cuidado posible. Zidane dará descansos contra el Valencia el domingo. Probablemente no descanse Cristiano Ronaldo: «Ya está bien, ha jugado 90 minutos y está bien. Le veo al ciento por ciento físicamente y va a seguir jugando», decía.

Muestra del optimismo clínico que reina en el equipo la ofrece Sergio Ramos, que reconocía, tras alcanzar la final, que la plantilla va a llegar a Milán mejor que lo hizo a Lisboa hace dos años. En enero el conjunto blanco hizo una pretemporada que le ha venido fenomenal. Ramos, Pepe o Modric están viviendo sus mejores días, tras una campaña irregular. Ahora llegan al final de los partidos mejor que el rival.

¡Presenten... armas!

Cruza los dedos Diego Pablo Simeone para llegar al 28 de mayo con la plantilla en perfecto estado de revista, más o menos como ahora. Tiago, el último lesionado de gravedad, ha recibido el alta médica y se entrena con el resto, aunque su participación en esa final soñada, ansiada y esperada es harto improbable. Pero acompañará, hará grupo, viajará a Milán como punto de apoyo esencial para arengar a los compañeros, para que no se relajen, para que no se repita le tremenda y triste historia de Lisboa 2014. El Cholo y el Mono Burgos, el profe Ortega y los reparadores, miman a los jugadores y los exigen, en su intento lógico de luchar contra los imponderables. Se trata de que Godín no recaiga, de que el tobillo de Carrasco no dé guerra, de que Gabi sea insensible a las molestias, de que no haya dolor, «Coronel Truman», cuando la batalla más importante reclama efectivos que rindan al mil por ciento, como es habitual en este Atlético de rompe y rasga. Y cuando el adversario es el Madrid, el gran rival; pero antes, el Levante y el Celta.