Madrid
Pachín: «Fui capitán por única vez en mi vida»
Testigo directo / Pachín. En el primer derbi en el nuevo estadio, el histórico defensa del Real Madrid vivió un momento inolvidable como jefe del equipo
En el primer derbi en el nuevo estadio, el histórico defensa del Real Madrid vivió un momento inolvidable como jefe del equipo
El Madrid era ya campeón de Liga y se pretendía que aquel partido en el nuevo estadio del Atlético, ante 50.000 personas, un récord en el campo rojiblanco, fuese una fiesta entre dos de los equipos más importantes de España. Pero había llovido durante dos días, también antes del partido, mucha gente no pudo llegar al comienzo del duelo y el campo estaba embarrado. Además, un derbi es un derbi, aunque sea en un estadio nuevo, aunque sea en un choque donde no hay nada en juego entre los dos equipos. «Nosotros convivíamos mucho con los jugadores del Atlético», asegura el madridista Pachín, que estuvo ese día de abril en el estadio rojiblanco, «con futbolistas como Ufarte o Adelardo me llevaba muy bien. Pero en el partido era a muerte. Y ellos lo sabían». La relación entre los jugadores de ambos equipos era íntima.
A muerte fue ese día: pese a la intrascendencia del choque, no hubo más que patadas sobre un césped o más bien barro en el que era muy complicado jugar al fútbol. El colegiado, Medina Iglesias, fue muy criticado, pese a que interrumpió el juego muchas veces por las continuas faltas que se hacían los jugadores de ambos equipos. Y, sin embargo, dejó muchas sin señalar. El encuentro fue tenso, bronco, jugado como si a los dos equipos les fuera la vida. El público que abarrotaba las gradas que se podían ocupar, pues había algunas zonas que todavía continuaban en obras, gritó con toda la mala intención del mundo: «¡Inter, Inter, Inter!». El equipo italiano había eliminado al Real Madrid, que era el último campeón, de la Copa de Europa.
El público se contagió de lo que ocurría en el campo o al revés, fue la grada llena la que pegó su entusiasmo y fervor a los futbolistas. Hubo dos goles por cada equipo, con Betancourt, el portero del Real Madrid, haciendo una parada milagrosa al final y con el público tirando almohadillas cuando el choque finalizó. Una tradición que luego se hizo habitual como protesta en muchos campos. «Nuestro rival de siempre era el Atlético», continúa Pachín. «Nosotros queríamos ganar a todos los contrarios, pero la victoria buena era contra el Atlético, más que contra el Barcelona. Éramos amigos y estábamos mucho tiempo juntos, pero era el día señalado en el calendario», continúa el histórico defensa. Dice con orgullo que de nueve años que estuvo en el equipo, siete fue campeón y dos subcampeón. Era el Madrid heredero de Di Stéfano, el que peleaba por todo, todo el rato. Por eso el campeón de Liga buscó esa victoria y remontó el primer gol en contra. El Atlético no se rindió y Adelardo empató el encuentro.
En el partido de ida, el Madrid había ganado por 2-1, con un gol de Gento. Pero ese día, en el estreno en el Manzanares, el eterno extremo madridista y actual Presidente de Honor no estuvo. «Murió un tío suyo en Torrelavega, un paisano mío, que tenía un bar», cuenta Pachín, «y era familiar de Paco. Se marchó de la concentración y entonces yo fui capitán». Pachín estuvo nueve años en el Real Madrid, pero sólo ese día fue el líder. «Es que Gento estuvo mucho tiempo», cuenta.
Al comienzo del choque, Collar dio al defensa madridista un banderín, como se hace habitualmente cuando un equipo visita por primera vez un estadio. El Madrid había jugado en el Metropolitano y ambos equipos ya habían vivido numerosas batallas. «Era uno de los equipos más difíciles de vencer», continúa Pachín. Ese banderín que le dio Collar simbolizaba el comienzo de una nueva historia en un escenario con todos los espectadores sentados, un campo moderno, que albergase toda la afición que ya generaba el Atlético. «Ahora recuerdo ese partido con mucho cariño. Nunca más fui capitán del Real Madrid». Un día tan especial para los rojiblancos fue un día inolvidable para Pachín, un instante único. «En su momento no lo viví como tal. Es ahora cuando le doy el valor que tiene. Cuando se disputa el partido, es un encuentro más. Vas con el árbitro, la moneda, el sorteo. Ahora sí que me parece un momento muy bonito de mi carrera en el Real Madrid. Ser capitán», en el primer derbi en el Calderón.
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