Fútbol

La peineta de Brahim a Kylian Mbappé en el Real Madrid

Se ha subido a las redes la imagen del futbolista del Real Madrid haciéndole el gesto a la estrella francesa

Real Madrid's Brahim Diaz, left, and Oviedo's Rahim Alhassane vie for the ball during a Spanish La Liga soccer match between Real Oviedo and Real Madrid at Carlos Tartiere stadium in Oviedo, Spain, Sunday, Aug. 24, 2025. (AP Photo/Miguel Oses)
Brahim, en el Real Madrid - OviedoASSOCIATED PRESSAgencia AP

El vestuario del Real Madrid siempre ha sido un tema de conversación dentro y fuera de los terrenos de juego. Desde hace décadas, el equipo blanco ha conformado un grupo en el que el talento individual convive con personalidades muy diferentes, capaces de convivir bajo la sombra de un mismo escudo y una misma exigencia: ganar. En la actualidad, bajo la dirección de Xabi Alonso, la sensación que se respira es de un vestuario sólido, coherente, competitivo y, sobre todo, con un ambiente positivo que marca la diferencia cuando llegan los momentos decisivos de la temporada.

El reto de Xabi Alonso

El gran reto que tiene cualquier entrenador del Real Madrid no es solamente la táctica, el dibujo o cómo encajar a las estrellas en su lugar ideal. La clave radica en gestionar un grupo lleno de futbolistas de talla mundial, cada uno con su propio ego, sus aspiraciones y su pasado. No todos los jugadores se conforman cuando no juegan, y no todos los jóvenes aceptan de inmediato la veteranía de los más experimentados. Sin embargo, la versión actual del vestuario ha conseguido encontrar un equilibrio. En la ciudad deportiva de Valdebebas se percibe la sensación de una plantilla que se siente unida, con una misma meta: pelear por todos los títulos y devolver al club a lo más alto.

Uno de los grandes responsables de esta dinámica es, precisamente, Xabi Alonso. Conocedor de la exigencia madridista, sabe mejor que nadie que la presión no solo se aplica en el césped contra el rival, también es interna, en cada entrenamiento, en cada control de balón. Su mano se ve en la manera en que el equipo presiona en bloque, adelantando la línea y recuperando la pelota más rápido que en anteriores temporadas. No es fácil convencer a jugadores de tanto talento ofensivo de que el sacrificio defensivo también es parte de la gloria, pero Alonso lo ha logrado. A través de charlas, ejemplos tácticos y su propia autoridad natural, el técnico ha transmitido la idea de que todos corren, todos ayudan y todos están conectados en la misma red de esfuerzos.

Brahim, en el Instagram de Mbappé
Brahim, en el Instagram de MbappéInstagram

Una foto que describe el buen ambiente

El buen ambiente es el otro pilar de esta transformación. Ya no se perciben grupos separados, ni fisuras. Las sonrisas compartidas en los entrenamientos, las bromas en el gimnasio o los gestos cómplices durante los partidos hablan de una plantilla cohesionada. La mejor prueba de este clima fue la reciente foto que Kylian Mbappé compartió en redes sociales. En ella se a su compañero Ibrahim, que bromeaba con un gesto irreverente, la popular peineta, en un contexto claramente distendido. Y se lee en inglés: "La última vez que coges mi móvil".

Lejos de interpretarse como algo polémico, la imagen transmie frescura y camaradería. Esos pequeños detalles son indicios de una complicidad que luego, cuando ruge el Bernabéu, se transforma en resistencia y en capacidad de sufrimiento colectivo.

Mbappé, fichaje estrella y foco mediático constante, podría haber corrido el riesgo de convertirse en una figura aislada dentro del vestuario. Sin embargo, se ha integrado de forma natural, aceptando bromas, liderando cuando corresponde pero también sabiendo escuchar. Esa instantánea junto a Ibrahim muestra que incluso los jugadores más mediáticos no dejan de ser parte de la misma familia futbolística. La risa compartida, la burla amistosa, son señales de que los lazos van más allá de lo profesional: se está construyendo realmente un grupo humano.