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Fútbol

Ni un penalti en el descuento evita otro empate del Sevilla (0-0)

Los de Lopetegui fueron de menos a más ante un Osasuna que aguantó al segundo clasificado de la Liga. Al final apareció Sergio Herrera para detener la pena máxima a Rakitic y ser el héroe de la noche

Iván Rakitic se lamenta tras fallar en el tiempo de descuento un penalti ante Osasuna
Iván Rakitic se lamenta tras fallar en el tiempo de descuento un penalti ante OsasunaJesús DigesAgencia EFE

El balance del Sevilla en las tres últimas jornadas, tres puntos de nueve posibles, no le mete miedo al Real Madrid y aguijonea las ansias de sus perseguidores, que acechan por detrás para soplarle la segunda plaza. Los sevillistas sumaron en Pamplona un tercer empate consecutivo y tienen motivos para el lamento, porque Rakitic falló un penalti en la prolongación, sí, pero más motivo deberían tener para la autocrítica si admiten que no fueron mejores que el voluntarioso Osasuna. El globo se deshincha a ojos vista.

El Sevilla perpetró en El Sadar uno de sus típicos primeros tiempos narcóticos. Perdió Julen Lopetegui a Ocampos por lesión en el calentamiento y a Montiel antes del minuto 5 y, tal vez por eso, o quizá por esa enojosa costumbre de la casa, llegó al descanso sin chutar sobre la portería contraria. Ni fuera ni entre los palos ni fuerte ni flojo: cero remates.

Osasuna sí ensayó un tiro peligroso mediante Moncayola, que recogió un mal despeje de Rekik, pero Bono firmó su regreso de la Copa de África metiendo una manopla salvadora. El saldo era más positivo para Osasuna que para el Sevilla, segundo clasificado en la Liga y que quiere meter presión al Real Madrid. Julen Lopetegui no dudó en hacer debutar al recién llegado Martial, que dejó algunos detalles, pero no escapó del encefalograma plano de los sevillistas en el primer acto.

En la segunda parte, como era lógico, subió de revoluciones el juego de los de Lopetegui, que movió el banquillo para buscar ese gol que se resistía. Osasuna fue dando pasos hacia atrás y el acoso de los visitantes iba aumentando con el paso de los minutos. Entró en el campo el Papu Gómez, que no pudo revolucionar tanto el escenario como en la remontada ante el Celta.

Osasuna tiraba de épica para sacar el balón de su área, hasta que en una de esas Manu Sánchez le dio una patada tan tonta como innecesaria a Koundé, y el VAR confirmó la pena máxima con el tiempo cumplido. Rakitic es un valor segurísimo desde los once metros, pero se encontró con el héroe de la noche, Sergio Herrera, que celebró su parada como si fuera un triunfo.