Ramos, último kilómetro

Desde que empezó el año, Sergio Ramos y el Madrid apenas han podido hacer otra cosa que pensar en fútbol, jugar al fútbol, recuperarse del fútbol. La rutina era disputar un encuentro, hacer un par de entrenamientos, volver a jugar un partido y así hasta hoy. El central, titular en todos los partidos del año, ha sumado 1.017 minutos a la espera de los que dispute hoy contra el Getafe, que también va a ser titular. Una carrera incansable en la que ha dado equilibrio al equipo junto a Pepe, que suma 918. Ambos llegan hoy al último kilómetro antes de encadenar cinco días consecutivos sin partido.

Ancelotti ha ido dando descansos a sus jugadores más habituales aprovechando las circunstancias. Algún partido de vuelta de la Copa para que Modric o Di María tomasen aire, la sanción a Ronaldo para que el portugués se tome hoy tres días libres de estrés. La rotación en la portería, que mantiene a los guardametas frescos y atentos. O los cambios en los laterales. Y colocar a Isco de falso nueve para sentar unos minutos a Benzema. Todo para que el maratón de fútbol que comenzó contra el Celta el lunes seis de enero y termina en el encuentro de hoy contra el Getafe haya sido más llevadero. Y tras el choque de hoy, por fin, puede entrenar hasta el duelo del sábado contra el Elche. Por fin, un poco de paz. «En este momento de la temporada todos los partidos son muy complicados –explicó ayer el entrenador madridista–. El equipo está bien físicamente. Lo más importante es la cabeza. Tenemos que estar preparados física y mentalmente. Estamos frescos. Hemos jugado muchos partidos desde principio de año pero hemos recuperado bien».

Todos han podido saltarse algún encuentro, menos Sergio Ramos. No disputó los últimos 18 minutos contra el Betis, con el partido absolutamente resuelto y en el último, contra el Atlético, fue sustituido en el descanso, con la eliminatoria con 5-0 a favor. Es decir, si había algo trascendental en juego, algo de peligro, ahí estaba Ramos. Sin embargo, el central andaluz no parece acusar en las piernas todos los kilómetros que ha recorrido. Al revés, como el resto del equipo, se encuentra en el mejor momento de la temporada. Ha dejado atrás las imprecisiones y la falta de control que le hizo ser expulsado en encuentros como contra el Galatasaray o en El Sadar. Más centrado, más regular, su tándem con Pepe ha sido fundamental para que el Madrid termine el maratón al lado de los de arriba en la tabla de clasificación y esperando la fecha para disputar la final de la Copa del Rey en la Semana Santa de abril.

A partir de hoy, el equipo podrá tomarse con más calma los entrenamientos. Según explicó Ancelotti, estos días todo estaba centrado en la recuperación: «Se focalizan las sesiones, en la piscina, en una buena comida, en dormir bien», explicó, mientras lo fundamental era ir sacando los encuentros con solvencia. En su libro «Mi árbol de Navidad», el italiano cuenta las diferencias entre una semana con partido en medio y una sin él: «Una gestión distinta de la relación carga-recuperación». Según narra, durante este mes y medio, después del partido el equipo hacía una «recuperación activa» mediante «ejercicios con carga muy baja de carácter aeróbico». El día siguiente, se trabaja sobre la reactividad y el «trabajo táctico específico». Se jugaba el encuentro y se repetía el ciclo durante los dos o tres días anteriores al próximo partido.

Hoy es el último día para Ramos y el resto de vivir de ese modo. Si se suman los minutos y el cansancio de estar tanto tiempo en tensión, se podría pensar que el Getafe tiene una ocasión única. Pero es lo contrario: el Madrid y su central se han revitalizado en vez de cansarse.