Espanyol
Rayo 2-Espanyol 0: De la victoria a la pañolada
La afición rayista, más pendiente de criticar al presidente que del equipo
Los panfletos informativos en los aledaños del estadio, la movilización de los aficionados rayistas y el refuerzo en la seguridad privada del club indicaban que no iba a ser una tarde cualquiera en Vallecas. El Rayo ganó cómodamente al Espanyol, pero las pancartas, los cánticos y los pitos contra el presidente Raúl Martín Presa se convirtieron en los protagonistas de un encuentro que deja al Rayo de Paco Jémez en puestos europeos, y a Martín Presa definitivamente divorciado de la afición.
El desencuentro entre la grada y la directiva viene de lejos, pero fue hace diez días, después de que trece aficionados fuesen denunciados y detenidos por orden del club, cuando la brecha entre ellos se abrió más que nunca. Tal y como venían anunciando durante la semana la Asociación Deportiva Rayo Vallecano, la Federación de Peñas y los Bukaneros, en el minuto 13 –coincidiendo con la cifra de hinchas detenidos–, protestaron contra la actitud de su presidente y pidieron su dimisión. Habían convocado a los rayistas y nadie faltó a la cita. Tan concienciada estaba la grada, que las protestas comenzaron incluso antes de que el grupo de los Bukaneros se pronunciara dentro del estadio. «Presa, vete ya» y «Presidente, dimisión» fueron los cánticos más repetidos por la hinchada. Los gritos contra la directiva se repitieron a lo largo del encuentro. Fueron miles de personas las que ondearon sus bufandas y silbaron con la vista puesta en el palco, que se reforzó más que nunca para evitar cualquier tipo de problema y que, además, entendió necesario colocar seguridad privada en varios sectores del estadio. La afición, al grito de «Somos rayistas, no delincuentes» y no contentos con el exceso de vigilancia que la directiva había contratado para la ocasión, increpó al personal de seguridad hasta colmar su paciencia y conseguir que se retirase para evitar problemas mayores.
La victoria del equipo y la buena imagen que dejó el conjunto vallecano fueron las únicas alegrías de la tarde para Martín Presa, que abandonó el estadio cabizbajo en medio de una pañolada. Como los «pericos», que con la derrota frenan el buen camino que habían cosechado desde la llegada de Javier Aguirre al banquillo. Tamudo, ahora en el Rayo, no jugó contra su ex equipo.
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