Fútbol

Real Madrid - Celta (4-0): El Madrid golea a las dudas

Tras una buena primera parte, pero con solo un gol, el Real Madrid cerró el partido al final del segundo tiempo contra un Celta sin espíritu

 Encuentro de liga entre el Real Madrid y el Celta de Vigo. © Jesús G. Feria.
El Real Madrid ganó al CeltaJesús G. FeriaFotógrafos

Si el encuentro contra el Leipzig había dejado algunas dudas, el Real Madrid las disipó con su goleada al Celta, en una Liga que parece máse que encarrilada y en la que el equipo de Ancelotti parece un paso o dos o tres superior al resto. El Celta apenas dio la cara y si el partido tardó en decidirse completamente fue porque al Madrid le costó encontrar el camino recto hacia el gol. Eso fue lo único que mantuvo en cierta tensión a los de Ancelotti.

El entrenador aseguró que en los dos partidos que quedaban antes del parón el equipo iba a tener que aguantar. Luego, con el paso de los días, cambió de idea, pero si es verdad que al Madrid se le ve más justo físicamente que en otros momentos de la temporada. Le pasó contra el Celta: tras una primera parte muy dominante, se fue quedando sin aire hasta que volvió a renacer al final, con los cambios. Es verdad que nunca temió por el partido. El Celta de Rafa Benítez es eso: un equipo del Rafa Benítez de ahora, como sin alma. Le faltó pasión o fe en el Bernabéu. En la primera parte porque fue dominado y en la segunda porque se vio que no está para grandes hazañas el equipo de Vigo.

Aguantó el uno cero en contra muchos minutos gracias a que al Madrid, tiene un problema de delanteros. La baja de Bellingham hace más daño aún de lo previsto porque al equipo de Ancelotti le cuesta mucho llegar al área con claridad para marcar y cuando lo hace, no afina la puntería. El ejemplo perfecto fue un remate de Rodrygo en la segunda mitad, en carrera, en el área, ya con bastantes posibilidades de marcar, pero le salió un tiro flojito y al centro, a las mano de Guaita. Cuando fue sustituido, el brasileño se marchó cabizbajo por la banda mientras salía al campo Joselu. Ancelotti defiende su trabajo siempre que le preguntan, pero pocas demarcaciones como la de los delanteros se miden tanto por estadísticas. Y las de Rodrygo, por ahora, no pasan la prueba. Tuvo una racha de partidos de iluminación absoluta, pero antes y ahora, está apagado.

Así que el partido lo tuvo que resolver Rüdiger a cabezazos en dos saques de esquina de Modric, titular por delante de Kroos. El primero no fue gol directamente. Pero su rechace lo recogió Vinicius para marcar otro tanto. Está en un plan delantero centro que asusta. Remató dos veces hasta que metió el balón en la portería. Vini aguanta al Madrid y la presión. Le da igual que se hable de él y no va a cambiar. En la segunda parte sufrió un agarrón continuado y desesperante de Mingueza y cuando se levantó, después de que el árbitro señalase falta, pegó un empujón al jugador del Celta. Es imposible terminar la conversación sobre Vini.

Entre el primer remate de Rüdiger y el segundo, que sí fue gol directamente el Madrid dejó buenas señales y alguna no tan buena. A diferencia del encuentro de Champions fue un equipo decidido, que encerró al rival, dinámico, pero con menos ocasiones y goles de los que merecía su dominio. De todos modos, el fútbol del equipo dio pistas a Ancelotti para algunas cuestiones. La primera es que Camavinga ha ganado la posición de mediocentro a Tchouameni sí o sí. El miércoles puso a Kroos ahí, pero está claro que el mejor futbolista del Madrid para jugar en esa zona, por despliegue físico y por personalidad. En los primeros cuarenta minutos tiró cinco veces a puerta, sin éxito, pero sin parar. Si a Camavinga le acompaña un Valverde más correoso, el Madrid tiene otra pinta. Acabó cansado el uruguayo y eso lo notó el equipo en la segunda parte, pero antes todo el peligro llegó por su zona. Para lo que queda de curso, hay pocas dudas de que el mejor Valverde, el que hace mejor al resto y ayuda más es el que puede descontrolarse en ataque. Hasta probó su tiro, aunque no llegó a portería. Está echando mucho de menos sus goles.

La segunda parte el partido se abrió más, con el Celta queriendo tener una vida que negaban sus pulsaciones. Al Madrid le costaba cerrar el partido y esa fue la única emoción de la noche. Luego llegó Rüdiger a poner orden, el Celta se metió el tercero para certificar que no está para nada y Güler se estrenó por fin regateando al portero. Un gol de jugador fino.