
Fútbol
Real Madrid Televisión contra el uso del VAR: "Es bochornoso"
La televisión del club blanco, indignada ante todos los sucesos arbitrales que han sucedido esta jornada

El inicio de este campeonato de Liga no ha podido estar más marcado por la polémica. Lo que debería ser un camino de certezas y tranquilidad gracias a la tecnología del VAR, se ha transformado en un cúmulo de incidentes, errores y debates que ponen en entredicho la propia fiabilidad del sistema. La herramienta, creada para reducir las dudas y aportar seguridad en las decisiones arbitrales, ha terminado generando justo lo contrario: nuevas controversias que afectan a la competición y a su imagen en el exterior.
Real Madrid Televisión ha sido tajante al respecto: «Lo que ha pasado esta jornada en la Liga de Tebas es una prueba más del desprestigio y bochorno de nuestro fútbol en el mundo, lo que sucedió en el Santiago Bernabéu, en Vitoria y en Vallecas». Tres escenarios, tres partidos distintos, tres ejemplos claros de cómo la aplicación del VAR está lejos de ofrecer uniformidad.
El gol del Atlético
El primero de estos episodios se produjo en el encuentro entre Atlético de Madrid y Alavés. Allí se concedió un gol en posición de fuera de juego evidente. Ni el árbitro principal ni el VAR fueron capaces de detectarlo. El error, que era fácilmente evitable con una revisión básica de la jugada, tuvo consecuencias: el colegiado encargado de la sala VAR, González Fuertes, fue sancionado. Quedó demostrado que, incluso con la tecnología a disposición, el factor humano sigue pesando demasiado.
El penalti a Lamine Yamal
El segundo episodio grave ocurrió en Vallecas, durante el [[LINK:INTERNO|||Article|||68b4ca1d1698b0e4d2dfa412|||Rayo Vallecano–Barcelona]]. Allí el sistema falló técnicamente durante casi toda la primera parte. Justo en ese tramo se produjo una jugada polémica: un posible penalti sobre Lamine Yamal. El árbitro quedó completamente solo, sin respaldo tecnológico, y tuvo que decidir únicamente con lo que vio en directo. En esas circunstancias, el Comité Técnico de Árbitros recordó que el protocolo FIFA permite seguir el encuentro sin VAR en casos excepcionales. Pero la explicación no fue suficiente para acallar las críticas.
Íñigo Pérez, técnico del Rayo, puso el dedo en la llaga: la inconsistencia. Hay partidos donde el VAR revisa hasta el más mínimo detalle, y otros donde, por un fallo, desaparece del todo. Esa irregularidad, que va más allá del acierto o error en una acción puntual, genera una sensación de descontrol. Frenkie de Jong, centrocampista del Barça, lo resumió con dureza: calificó la situación de “no seria” y confusa. Y es que el problema ya no es solo técnico o humano, sino de percepción: cuando el VAR funciona a ratos, la idea misma de justicia deportiva se desmorona.
Las manos de Güler
El tercer foco de polémica se dio en el Santiago Bernabéu. Allí el Real Madrid vio anulado un gol de Arda Güler por una mano accidental en el inicio de la acción. La interpretación de la llamada “inmediatez” volvió a estar en el centro de la discusión: ¿hasta dónde debe retroceder el árbitro para valorar si una mano influye directamente en el gol? El club blanco considera que la decisión careció de coherencia y recuerda que, en el cómputo global, es el equipo más perjudicado por la aplicación del VAR. Según sus datos, el Madrid acumula 37 goles anulados, frente a 20 del Villarreal y 14 del Barcelona. Una diferencia que, para la entidad merengue, resulta difícil de explicar. Además, hay un detalle técnico que puede parecer menor pero que resulta crucial: la elección del frame. En jugadas al límite, como fueras de juego ajustados, el momento exacto en que se congela la imagen para trazar las líneas puede cambiar por completo la decisión. Si el frame elegido no es el correcto, el fallo se multiplica.
El balance de esta jornada, según la visión del club blanco, es demoledor: un gol concedido por error humano en Vitoria, un penalti no revisado por fallo técnico en Vallecas y un gol anulado en el Bernabéu por un criterio discutible. Tres partidos distintos, tres ejemplos de cómo la herramienta que debía aportar claridad ha terminado sembrando más dudas.
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