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Así ha sido el adiós de Sergio Ramos en el Real Madrid: lágrimas, sentimiento y sin reproches

Florentino Pérez elogió al ya ex capitán, le dio las gracias y Sergio Ramos se las devolvió. Todo fue de guante blanco. “Quiero demostrar mi nivel”, dejó caer el central

“Ha llegado el momento más difícil de mi vida. Nunca estás preparado para decir adiós”, dijo Sergio Ramos, antes de que la emoción le asaltase y, como pasa cuando ya no se puede controlar. Dejó de hablar, escondió la cabeza y se limpió los ojos y la nariz, mientras la voz le temblaba. “Llegué de la mano de mi padre”, intentó seguir, pero los 16 años le cayeron encima, la nostalgia por todo lo que no pasa más. “Nada volverá a ser como lo he vivido aquí”, dijo con la seguridad de quien sabe que ahora va a tener que convivir a veces bien, a veces regular con la nostalgia de cuando no pudiste ser más feliz.

“Es un acto lleno de sentimientos y emociones, no es un día fácil”. Así abrió su discurso Florentino Pérez, después de un vídeo con las mejores imágenes de Sergio Ramos en el conjunto blanco. Hay jugadas que no hace falta ni repetir, porque están grabadas en la memoria. Sergio Ramos miraba, intentando no derrumbarse nada más comenzar, con sus hijos y su mujer, Pilar Rubio al lado. Estaban sus padres, su hermano René y su hermana, que sí, que ya había empezado a llorar.

Florentino Pérez no escatimó elogios: “Para los madridistas siempre serás el hombre de la Décima, tu gol es un símbolo de lo que representa este club para millones de personas”. Porque el acto servía también para volver a trazar puentes entre la dirección del club y el futbolista tras la temporada más complicada que ha vivido. Sin renovar, lesionado y sin Eurocopa en el último instante. Ha sido un curso lleno de obstáculos que termina con una despedida. Es imposible que hace año y medio, cuando empezó la pandemia, Sergio Ramos imaginase los giros que podía tomar su carrera. Has sido especial para mí, hemos sufrido, luchado y vivido juntos la exitosa historia reciente del Madrid, Esta es tu casa, serás siempre un embajador del Real Madrid”, terminó Florentino Pérez su discurso antes de ir a donde estaba Sergio Ramos y darse un pequeño abrazo.

El coronavirus da una sensación de irrealidad o frialdad a estas cosas. “Me hubiese gustado despedirme en el Bernabéu”, dijo el ya ex capitán con realismo. Pero no había prensa ni aficionados porque aún no se ha acabado la pandemia y Ramos habló para la televisión, para sus familiares y para la Junta Directiva. Agradeció a todos el apoyo que le han dado, primero su familia. Llegó de la mano de su padre con 19 años y se va con 35, con su mujer y sus cuatro hijos. Toda la vida en ese cambio. Dio las gracias a Florentino Pérez, a los entrenadores, a los compañeros, trabajadores y afición. Hizo de capitán hasta el último segundo. No hubo, en la primera parte de la despedida, en el palco, ni un reproche. Pero dejó claro que cierra una etapa de su carrera, no su carrera: “Empieza una etapa de futuro, de querer demostrar mi nivel”, apuntilló.

De todo corazón. Esto es un hasta luego, tarde o temprano, volveré”.