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Real Madrid-Shakhtar (2-1): Sólo Vini y Benzema

El equipo de Ancelotti gana por la mínima y en un muy mal partido de Champions. Dos fogonazos pudieron con la desidia en la Champions

Lucas Vázquez, titular en el Real Madrid-Shakhtar de la Champions
Lucas Vázquez, titular en el Real Madrid-Shakhtar de la ChampionsGLEB GARANICHREUTERS

Un fogonazo en la primera parte y otro en la segunda dieron la victoria al Real Madrid más tedioso de la temporada. No fueron dos fogonazos cualquiera, claro, fueron dos arrancadas de Vinicius, que son palabras mayores ahora mismo. Mayores y fundamentales. Y más en días como el que tuvo el Real Madrid contra el Shakhtar, de esos que se juegan, apenas se disfrutan y se intentan olvidar lo más rápido posible. El primer fogonazo fue porque Vini fue listo que nadie. Como es incansable persiguió el error del rival: un mal pase del portero, un control algo defectuoso del rival en su área y el balón ya es para Vini, por perseguir la jugada, por “pesado”. Marcó Benzema. También lo hizo en el segundo tanto, ya en la segunda mitad, entre el tostón, el desorden, los pitos y la sensación general de qué hacemos aquí, que ha llegado el frío y nadie sabe cómo ha sido. En esas, arrancó Vini en una esquina del área, en la contraria a la habitual, Casemiro se la devolvió de un taconazo y después, el brasileño encontró de nuevo a Karim, que ahora también tiene goles para los días en los que no está tan afortunado lejos del área.

Vini para los días importantes como en el Camp Nou y también para los días burocráticos y feos como son últimamente los encuentros del Madrid en el Bernabéu. Sólo en la segunda parte salvó un poco la cara tras una primera mitad desastrosa.

Una de las ventajas de jugar en Valdebebas durante la pandemia fue que no había público... en los días malos. Es verdad que la afición del Bernabéu empuja cuando quiere y con la ayuda del equipo, crea una tormenta que asusta a los rivales y se echan atrás a temblar y resistir, pero también sucede que es implacable con los suyos si las cosas no van como quiere. Y frente al Shakhtar no lo fueron durante mucho tiempo. Un Madrid apagado y desganado, helado de repente enfadó a los espectadores que pitaron en los momentos de mayor desidia. El aficionado al fútbol necesita motivos para dejar atrás la pereza acumulado durante el confinamiento y animarse a volver al fútbol y este Madrid del primer tiempo no le dio ni uno. Bueno, uno sí: el fogonazo de Vinicius. Pero lo que tenía que haber sido una goleada, como en la ida, se convirtió en un apagón del que tardó en despertar.

Y eso que la cosa prometía con Lucas Vázquez muy dicharachero por la banda derecha, como pidiendo a gritos que esa es su posición de verdad, en la que mejor se desenvuelve. Hizo un partido muy entregado, corriendo kilómetros y siendo profundo. Luego le faltó finura al llegar al área. Firmó, en la primera parte, una combinación con Modric que parecía el anuncio de cosas muy buenas. No las hubo casi nunca

Desapareció el equipo de Ancelotti, probablemente desesperado por lo que veía sobre el campo. Le gusta echarse atrás para aprovechar la velocidad y el talento de Vini en los espacios, pero esta vez fue más para guardar energías que para defenderse y hacer daño.

`Y el Shakhtar,que se había llevado cinco goles en el último duelo y que no había marcado en esta edición de Champions, se encontró con el balón, el campo y las ocasiones. Ni siquiera necesitó las contras para ganar las espaldas de los centrales blancos. En ataques estáticos, con un rival que se echaba para atrás y permitía pases sencillos, el Shakhtar tuvo hasta facilidad para llegar a la zona de peligro. Más con Mudryk, que dejó la estela de su melena rubio en el Bernabéu con arrancadas que parecían inalcanzables para los madridistas. Entre él y Fernando hicieron un lío tras otro a la defensa blanca, que no sabía a quién echar la culpa. O de ellos o de los centrocampistas que no apretaban. O de todos en general.

El tanto del empate no sorprendió a casi nadie porque el fútbol a veces responde a la lógica. El Shakhtar está lleno de brasileños y si les dejas jugar, pues acaban jugando. Courtois tuvo que hacer un paradón con el que no contaba antes de que el partido llegase al descanso para salvar al equipo de algo aún peor.

El conjunto ucraniano mantuvo su optimismo también en la segunda parte. Las ventajas que le daba el Madrid le hicieron creer hasta cuando otra vez Vini y Benzema se encendieron para dar luz a la tarde. Hasta el último minuto pudo marcar el empate el Shakhtar, con una jugada cerca del área, a la que respondió el Madrid con una carrera de Vini. Pues eso fue el partido.