Fútbol

Real Madrid-Elche (2-2): Al Madrid le faltó la prórroga

Volvió a tener que remontar frente al Elche y se quedó muy cerca de conseguirlo. Fue mejor, con fútbol, en la primera y tuvo un gran final lleno de carácter

Gonzalo Verdu y Karim Benzema, en el Real Madrid-Elche de LaLiga
Gonzalo Verdu y Karim Benzema, en el Real Madrid-Elche de LaLigaManu FernandezAgencia AP

Un poco más, un minuto más y el Elche hubiese vivido de nuevo el desastre de la Copa, porque a punto estuvo el Real Madrid de volver a protagonizar una remontada épica con el tiempo pisándole los talones. Salvó un punto el equipo visitante después del asedio final, esas escenas que tanto gustan en el Bernabéu, cuando parece imposible y empiezan a a subir los decibelios, la tensión y los centrales como Militao dan saltos enormes para marcar.

Para el Madrid, el punto no supo a poco por la forma de conseguirlo. Tenía el partido perdido y al Sevilla en el cogote. Con el empate la cosas sigue como antes. Y la reacción del equipo da esperanzas para lo que viene. Es muy difícil hacer caer a este Madrid y el Elche lo ha comprobado.

Y eso que el partido fue completamente distinto al de hace unos días. Los números en la primera parte explican que el fútbol no se puede explicar por estadísticas. El Real Madrid tuvo mucho más la pelota que el rival, jugó en campo contrario y coleccionó ocasiones tan claras como un penalti que Benzema mandó lejos por primer en su historia con los penaltis. Courtois no había quitado la etiqueta de los guantes... Y no la quitó tampoco cuando el Elche remató por primera vez poco antes del descanso: fue gol.

Si puede que en el partido de la Copa, el Elche mereciese más suerte, está claro que en choque del Bernabéu, fue al Madrid a quien el azar le dio la espalda. Lo intentó con fútbol en la primera mitad, manejando el partido y convirtiendo a Badía, el buen guardameta del rival, en el héroe de su equipo; y lo intentó con carácter después, cuando el partido llegaba al final y estaban todos al ataque y los centrales de delanteros.

Lo que le costó al Real Madrid fue recuperarse de los golpes que fue recibiendo. Con el equipo titular, con Hazard en él, dio otra cara distinta a la del jueves: mandó y encontró la manera de llegar al área rival. Modric volvió a ejercer su liderazgo y Vinicius siguió golpe a golpe. No hay manera de que se cansé. Es verdad que el Elche le paró bien en la Copa y casi todos los minutos en el Bernabéu. Pero nunca es suficiente: está en todas el brasileño, que llega, regatea, se cae, se levanta, lo intenta y pone ese balón en la cabeza de Militao. A Vinicius los golpes en contra, físicos o psicológicos, no le hunden. Pero al Madrid si que le costó más: tenía el penalti a favor en la primera parte, para confirma su superioridad, pero Benzema, por primera vez, lo lanzó alto.

Al penalti se le unió algo más tarde el tanto del Elche, en su única llegada a portería. Remató Lucas Boyé, de cabeza, muy solo. Como Carrillo en el partido de Copa cuando empezaba el encuentro. Pero ése fue al larguero. Boyé dentro. Antes de que acabase el primer tiempo, Mendy pudo empatar para evitar ir al descanso perdiendo, pero de nuevo apareció Badía.

No fue el mismo el equipo de Ancelotti tras el descanso, demasiado nervioso cuando había tiempo por delante. No le sentó nada bien que el árbitro decidiera, Var mediante, rectificar el penalti que había pitado a Hazard, golpeado en la rodilla en el área. Titular el belga, tiró del Real Madrid cuando los espacios empequeñecían.

Pero antes de eso, el equipo perdió algo de convicción o fue como si cogiese aire para el esprint final. El problema fue que Lucas Boyé pudo arrancar hacia delante tras un buen recorte y Pere Milla cruzó lo suficiente ante Courtois. Dos tiros a puerta, dos goles.

Ancelotti lo cambió de todo, como quien toca la alarma para que empiece la batalla de destrucción. Sin Benzema, que se lesionó, tuvo que echar mano de Jovic, que ha vuelto a perder el punto y dejó en el centro del campo a Modric y a Casemiro, mientras arriba, además del serbio, estaban Hazard, Vinicius y Rodrygo. Como el resultado ya estaba como era, el Madrid se desató.

El Elche ya se conocía la tormenta y que sólo podía rezar, aguantar y miró el reloj. Esta vez el Var rectificó al árbitro para que pitara un penalti por mano que no vio. Y después Militao saltó con muelles. El Elche miró el reloj, con desesperación. Tenía la victoria, por lo menos, no perdió.