Opinión

El cumpleaños feliz de Florentino Pérez

La épica del Bernabéu reclama un poeta como Alberti y su “Oda a Platko”

El delantero francés del Real Madrid Karim Benzema (de espaldas) celebra con Luka Modric el pase del equipo blanco a los cuartos de final de la Champions tras derrotar al PSG
El delantero francés del Real Madrid Karim Benzema (de espaldas) celebra con Luka Modric el pase del equipo blanco a los cuartos de final de la Champions tras derrotar al PSGJuanjo MartínAgencia EFE

Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG, es íntimo del emir de Qatar. Quizá por eso en el Palco de Honor del Bernabéu hablaban del «jeque». En el descanso, en la zona VIP reservada para el equipo visitante, Al-Khelaifi, optimista, vendía la piel del oso antes de cazarlo. «Deberíamos ir 0-3», repetía. Florentino Pérez mientras tanto, más serio, se prestaba, como siempre, a fotografiarse con quien se lo pedía, incluido un dirigente empresarial ávido de fotos. También en el palco, por donde transitaban, entre otros, César Alierta, Óscar López (jefe de gabinete de Sánchez), Beatriz Corredor (Red Eléctrica), José Creuheras (Planeta), José Bogas (Endesa), García Margallo, el alcalde de Madrid, Sánchez Llibre (Fomento) o Plácido Domingo y otros invitados anónimos, los más forofos soñaban con la remontada: «Si metemos pronto un gol, se pondrán nerviosos». Y entonces, «en el alpiste verde de sosiego/de tiza galonado» (Miguel Hernández), una, dos y tres veces Benzema, de blanco heroico, hizo sonreír a Florentino y rugir al Bernabéu para berrinche de Al-Khelaifi. Luego, también en el Palco de Honor invitados y amigos le cantaron «Cumpleaños feliz» a un Florentino emocionado, que cumplió años el día anterior y que solo echó de menos a su lado a Pitina, su mujer, fallecida hace 9 años. Popper defendía que «el futuro depende de nosotros» y del Madrid depende ganar la Champions, después de tumbar a un equipo sólo de talonario y con tres de los mejores jugadores del mundo. Hay mucha historia en el Bernabéu, pero la épica del miércoles reclama un poeta como Alberti y su «Oda a Platko», respondida con versos por Gabriel Celaya, y cuyo final también sirve para el Madrid, 3-PSG, 1: «Nadie, nadie se olvida/no, nadie, nadie, nadie» de lo que pasó en el Bernabéu.