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Athletic-Real Madrid: (0-2). El Madrid tiene otro color

Con un equipo titular con cambios, el conjunto de Ancelotti logró una convincente victoria en un campo muy complicado. Benzema marcó y Kroos cerró el partido

Benzema volvió a marcar al Athletic. El Real Madrid ganó en San Mamés
Benzema volvió a marcar al Athletic. El Real Madrid ganó en San MamésAlvaro BarrientosAgencia AP

Ganó el Real Madrid en Bilbao, un lugar muy complicado, en un partido que en la segunda parte se le hizo alog largo hasta que marcó Kroos, pero en el que dejó muy buenas señales y que puede que sea el principio de algo nuevo, un punto y seguido en la ruta de un equipo campeón. Ancelotti, que suele ser conservador y en tiempos de crisis suele apostar por lo conocido, quiso mandar un mensaje a la plantilla y a la afición, que tanto lo necesitaba: los puestos en el equipo titular son para quienes se los ganan. Al menos durante estos días de zozobra tras la derrota de la Supercopa. Así que por delante de Modric y Kroos, ojo, en San Mamés, frente al Athletic, por delante de los dos futbolistas que son un símbolo ya de una época dorada, puso a Camavinga y, sobre todo, a Ceballos. La remontada en Villarreal tuvo premio y Ceballos volvió a hacer un partido con decisión, criterio y desgaste. Tanto que su cansancio, como el del resto del equipo, lo notó el Madrid en los minutos finales del partido, cuando ya no salía ni tenía posesiones largas.

Pero aguantó bien el Madrid para sumar tres puntos que son vida y empezar a dejar atrás las dudas. Y quién sabe si también algunas jerarquía. Porque Ceballos cumplió, pero es que Camavinga dejó una huella que no había dejado hasta ahora como mediocentro. Con él ahí, los partidos tienden a desordenarse y sin embargo, en San Mamés, llevó el choque con orden y precisión, corriendo cuando hacía falta y conteniendo cuando era necesario. El ritmo de un equipo es el de su mediocento y parece que Camavinga lo ha entendido. Así, si se puede hablar de futuro con él. Además de ellos dos, Ancelotti dio la titularidad a Asensio por delante de Rodrygo, para que se juntara en el centro del campo y cambiara su posición con Valverde. Lo hizo bien Asensio, templó el partido y pudo marcar. Pero Rodrygo no le va a dejar ni un segundo de duda: cuando salió en la segunda mitad, el brasileño fabricó el gol que metió Kroos.

Kroos y Modric, revulsivos

Antes, ocurría al revés: salían Ceballos o Camavinga para cambiar el rumbo de un choque que se torcía. En Bilbao, ese papel fue para Kroos y Modric. Que sea circunstancial o un nuevo plan, depende de Ancelotti, su gestión del vestuario y de cómo vayan los resultados.

San Mamés confirmó que mala idea no parece. Ayudó que Benzema marcó su gol habitual al Athletic. Le gusta este rival al que le suele meter goles de habilidad. El que abrió el marcador fue un pase atrás o un remate malo de Asensio, que le cayó atrás a Karim, a su pierna mala, pero que le pegó sin dudar y sin que tocara el suelo.

Ese tanto cambió el partido. Como era de esperar, el Athletic de los Williams salió a comerse al Madrid. Quería aprovechar el público a favor y las dudas con las que podía llegar el equipo blanco. No le dejaba salir de la presión y le echaba para atrás, buscando además el lado de Mendy, al que le cuesta entonarse. Pero pasó la tormenta, metió Benzema y el Madrid de Camavinga se hizo con la situación. Mezcló largas posesiones con jugadas de transición. Fue un Madrid más dinámico, que iba a los choques y si no los ganaba, volvía a ir, un Madrid puede que rejuvenecido, con personalidad y las ideas de nuevo clara.

Tuvo Asensio el gol de la victoria, tras un jugadón de Valverde y Benzema en la segunda parte. No llegó y el cansanció empezó a ser grave. Se acunó atrás el equipo, Courtois tuvo que hacer su parada de todos los días (aunque era fuera de juego) y el Athletic, con Muniain ya en el campo, echó el resto. Entonces hizo los cambios Ancelotti, refrescó el partido con los que antes eran habituales y lo rompió. El guión de siempre, los protagonistas, al revés.