La Real Sociedad sucumbe en Roma al plan de Mourinho (2-0)

De toda la vida en el mundo del fútbol los equipos preferían jugar la vuelta de las eliminatorias a doble partido en casa, para tener el apoyo de su afición en el partido definitivo. Pero Mourinho dice: «No». En su cabeza los planes son otros: la ida como local, mejor, porque es un encuentro más contenido, en el que no se suele arriesgar tanto porque queda mucho por delante. Y si se saca ventaja, la primera parte del plan es perfecta. El 2-0 que consiguió ante la Roma es un tesoro, si bien es cierto que al no valer ya doble los goles fuera en caso de empate, el cero de la Real no es tan preocupante. Sí la desventaja, claro. Con ese resultado a favor la Roma va a intentar jugar en San Sebastián con los nervios de su rival, que se tiene que ir al ataque, y bien protegida intentará sorprender a la contra a los españoles.

En realidad, algo parecido es lo que hizo también en el Olímpico de la capital italiana. La Roma le entregó la pelota al conjunto español y cuando la recuperaba no se enredó demasiado en combinaciones: fútbol directo en busca de los espacios. Y le salió bien pronto, porque castigó con dureza una subida de Diego Rico con una transición extraordinaria. El lateral perdió la pelota muy arriba, en una zona teóricamente poco peligrosa, pero no le hicieron bien la cobertura y el pase en largo fue a Dybala, que avanzó casi sin oposición hasta el borde del área para meter un balón a Abraham. El delantero se inventó un regate sin tocar el esférico y se creó el espacio suficiente para poder centrar al segundo palo y que El Shaarawy llegara y rematara de forma acrobática. La precisión de toda la acción fue milimétrica.

Con ese tanto, la Roma se metió definitivamente atrás y a la Real le costó generar oportunidades, pese a tener la posesión casi en todo momento. Se defendían con orden los de Mourinho, marca de la casa, y en la primera parte sólo Kubo encontró un resquicio en la banda izquierda para terminar estrellando una pelota en el poste con un remate en el que no tenía mucho ángulo. La Roma, mientras, casi encuentra el segundo en otra acción rápida que Pellegrini remató mal, y al presionar a Remiro en dos ocasiones en las que el portero intentó salir con la pelota jugada y se equivocó.

Dio un paso al frente la Real nada más volver del descanso, cargando más el área y acercándose al gol en un remate lejano de Diego Rico. Pero se protegía a la perfección el equipo romano, que también salió a la carrera en un pase directo a Belotti en el primer balón que tocaba, que estrelló contra el poste.

También movió el banquillo Alguacil para que entrara Oyarzabal y jugar sin un referente claro como delantero. Lo intentó la Real hasta el último momento, algo cegada, pero siempre voluntariosa, y en uno de los centros que volaron al área Mikel Merino estuvo a punto de echar por tierra el plan de Mou. Ganó la espalda entrando desde segunda línea, pero no acertó a colocar el pie de la forma correcta, con un poco más de interior, para dirigir el balón a la red. Poco después Kumbullu marcó en un córner y pone la eliminatoria muy cuesta arriba. Le salió perfecto a Mou: conceder poco y aprovechar al máximo lo que se genera.