El "pico" a Jenni Hermoso
Durísimo recurso de Rubiales al TAD: denuncia el "linchamiento" y compara su caso con la aplicación del 155 en Cataluña
Considera "injusta" y "desproporcionada" la petición de tres años de inhabilitación e insiste en que el beso a Jenni Hermoso fue "mutuo" y "espontáneo".
Luis Rubiales no aguanta más y, tras la filtración de la solicitud de sanción al TAD, ha acabado estallando contra todo y contra todos. Linchamiento político por parte de los "radicales", sanción desproporcionada, silencio por miedo y una sorprendente comparación con el 155 en Cataluña son su principales armas de defensa en un documento enviado al Tribunal Administrativo del Deporte.
El pasado mes de octubre, la FIFA asestaba un duro mazazo a Luis Rubiales por su inadecuado beso a Jenni Hermoso en la entrega de Medallas del Mundial femenino que le cerraba de manera definitiva las puertas de la RFEF. Su primera sanción de 90 días le empujó a dimitir y la decisión final hecha publica el pasado 30 de octubre de por el organismo que rige el futbol mundial le daba la puntilla definitiva.
La Comisión Disciplinaria de la FIFA anunciaba la inhabilitación durante tres años de Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), para todas las actividades relacionadas con el fútbol a nivel nacional e internacional. Una decisión que ha seguido a rajatabla el Tribunal Administrativo del Deporte con idéntica sanción.
El TAD ha resuelto su expediente disciplinario pidiendo para Luis Rubiales la misma sanción que recibió por parte de la FIFA: tres años de inhabilitación. Así se desprende de la resolución a la que ha tenido acceso este medio y en la que el TAD lamenta que Rubiales haya «causado un daño en la imagen del fútbol español y del femenino en particular difícilmente reparable».
El castigo propuesto por el TAD a Rubiales se divide en dos partes: un año y medio por el beso no consentido que le propinó a Jenni Hermoso después de la final del Mundial femenino; y otro año y medio por el gesto llevándose las manos a los genitales en el palco de autoridades -y al lado de la Reina- durante la final del mundial femenino disputado en Australia.
«Se considera probado la relevancia nacional e internacional de los hechos objeto de esta instrucción, así como el impacto negativo que tuvieron en la imagen del fútbol español y del deporte español en general. También se considera probado el impacto negativo en la imagen del fútbol femenino y la percepción social en España y en el extranjero de dichos hechos como manifestación de un comportamiento de carácter claramente machista en el deporte» explica el TAD en el informe que adelanto OK Diario.
El TAD concluye que «dada la gravedad de los hechos, no procede la imposición de una sanción de amonestación o de multa, sino de inhabilitación para cargo federativo». Por ello establece un castigo de un año y seis meses por cada una de la infracciones. Es decir tres años en total.
Un golpe letal al que el expresidente de la RFEF no ha tardado en responder. El ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales ha solicitado el archivo y sobreseimiento del expediente abierto por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), que propuso una sanción de 3 años de inhabilitación por el beso a Jenni Hermoso y su actuación en el palco tras la final del Mundial femenino de 2023. Así reza en el escrito de alegaciones, de 18 páginas y al que ha tenido acceso Europa Press, presentado este lunes por Luis Rubiales ante el TAD tras la propuesta de dos sanciones, cada una de un año y seis meses, por considerar sendas actuaciones como infracciones graves por la Ley del Deporte y la legislación de disciplina deportiva.
Dichas sanciones "no se corresponden", según la defensa de Rubiales, con lo razonado en el resto del texto de la propuesta de resolución sino que aparecen "desconectadas" y proyectan una petición "arbitraria" e "injustificada". En este sentido, considera que la sanción debería ser de un apercibimiento, multa o inhabilitación de tres o de seis meses. En el escrito, el ex presidente de la RFEF lamentó que el TAD solicitara, a pesar de considerar que los hechos eran "notorios" y "públicos" un informe al CSD, que recoge una "mera recopilación de artículos de prensa", pero no el impacto en las redes sociales, con lo que confiesa su "permeabilidad" e "influencia" por parte de la presión mediática y los poderes políticos. En este sentido, anunció que, en el caso de que la sanción tenga por base la "arbitrariedad", "permeabilidad" y "ausencia de objetividad legal y tipificación", le están "sirviendo en bandeja" acudir a la jurisdicción penal.
"Que es lo que ya les anuncio que haré en caso de que se consume una sanción por estos hechos", adelantó. Rubiales subrayó que tanto el acuerdo de incoación como la propuesta de resolución destacan que queda "extramuros del ámbito disciplinario deportivo el carácter consentido o no del beso", por lo que las noticias aparecidas en el informe que se refieren a 'beso forzado', 'impuesto', 'no solicitado', 'no deseado' o 'robado' no podrían, a su juicio, ser tomadas en consideración. "El fugaz beso (no en la boca sino) en los labios, fue consentido, y quien diga lo contrario, está faltando a la verdad. Todo lo expuesto por mí hasta la fecha ha sido mi única versión y así será. Las pruebas visuales, conductuales, incluso las declaraciones espontáneas de ambas partes tras lo sucedido así lo indican", reiteró en contra de la versión ofrecida por Jenni Hermoso en su declaración ante la fiscalía. Para Rubiales ha habido una "teatralización bestial", una "demagogia brutal" y un "linchamiento" por varios factores. "Uno, que cometí un error. Dos, que iban a por mí desde hace tiempo. Tres, que le vino muy bien a algún sector radicalizado de la política española. Cuatro, que este asunto constituía, sin duda, un filón mediático", resumió.
La "coincidencia caprichosa" del 155
Asimismo, ve una "coincidencia caprichosa" en el número de su expediente, el 155, con el artículo de la Constitución que aplicó el Gobierno en 2017 en Cataluña, tras la declaración de independencia por parte del Parlament. "Es evidente que no se pueden hacer paralelismos entre mi caso y la significancia y relevancia política que ha tenido hace unos años ese número, el 155. Pero sí viene a (...) que vivimos en un Estado de Derecho, y no es razonable torcer la interpretación legal para tratar de amparar una sanción extremadamente injusta y desproporcionada", recalcó. Abunda en sus alegaciones que tuvo el consentimiento de Hermoso y lamentó los cambios de versiones cuando hay delitos de por medio que se quieren exonerar o "cuando no los hay, pero se pretende teatralizar y llevar la presión al máximo extremo para señalar y criminalizar". "En mi caso, muchos han cambiado de la opinión privada a la pública (otros callan, que es más seguro). También están los que han modificado su versión, ellos sabrán porqué. Algunos han querido utilizarme espuriamente para criminalizar un acto de alegría y celebración, mutuo y consentido. Sencilla y llanamente, yo pregunté y ella me dijo 'Vale'. Punto y final. Ustedes no pueden demostrar lo contrario. Ni ustedes ni nadie porque lo que digo es la verdad", sentenció.
El agarrón de genitales
Por otro lado, censuró y calificó como "gravísima" la filtración "malintencionada" de la propuesta de sanción de 3 años por algún miembro del TAD a la prensa, generándole "un juicio público paralelo" y una "total indefensión", y recordó que las sanciones de deportistas o entrenadores "por agarrarse la entrepierna" nunca han pasado de un "tirón de orejas" como un partido de sanción o una multa económica. Admitió que el gesto de tocarse los genitales en el palco fue un "acto soez", "inapropiado" y "ordinario", pero reiteró que iba dirigido al seleccionador nacional, Jorge Vilda, quien "había sufrido mucho por un chantaje de quienes ahora están aprovechando para sacar réditos y ejecutar una dulce venganza con la falsa excusa de 'Ganar en derechos'", señala en las alegaciones a las que ha tenido acceso Europa Press. En dicho escrito, argumenta que ni este gesto ni el del beso a Jenni Hermoso "son contrarios a la dignidad y decoro deportivos", y que en el caso del primero "no es machista" y que un apercibimiento podría ser una sanción "incluso dura", pero que "puede resultar admisible y justa". Igualmente, confesó que debió omitir el beso a Hermoso, aunque volvió a insistir en que fue un gesto "mutuo" y "espontáneo" por la alegría inmensa de acabar de ganar el primer Mundial femenino de fútbol de la historia, así como que no tuvo incidencia alguna en la competición deportiva y no puede sancionarse "con la ley en la mano".
Por último, Rubiales defendió que ha sido el principal impulsor de la igualdad entre hombres y mujeres en la práctica del fútbol al profesionalizar los cuerpos técnicos de la selección femenina, el "histórico acuerdo" de las primas para las internacionales y, entre otros hitos, el aumento de 2,7 a 27 millones de presupuesto y de la profesionalización de la Primera División femenina.
Un golpe que lo echa del fútbol
Cabe recodar que esta sanción propuesta por el TAD no solo aparta al expresidente de la RFEF del fútbol sino que impide una futura vuelta al órgano Federativo en virtud del nuevo reglamento de procesos electorales. El pasado 11 de octubre, el Ministerio de Cultura y Deporte sacó a la luz s el borrador de la nueva orden ministerial destinada a regular los procesos electorales de todas las federaciones, con cambios relevantes destinados a una mayor democratización, buen gobierno, igualdad e inclusión.
Todas las federaciones deportivas podrán iniciar sus procesos electorales bajo esta nueva legislación en el primer trimestre de 2024. Esta nueva orden ministerial da un giro respecto a la anterior de cara a aspectos como democratizar los procesos electorales eliminando los miembros natos a las Asambleas Generales de las federaciones, por lo que, salvo el presidente, todos sus componentes deberán ser electos. Pero la clave está en las medidas para el buen gobierno como la imposibilidad de presentarse a elecciones por circunstancias de incapacidad, incompatibilidad o inelegibilidad, o hayan sido condenados por sentencia firme por actos deportivos por los órganos disciplinarios de federaciones o tribunales deportivos, ya sean nacionales o internacionales.
De este modo, si un dirigente es inhabilitado, como es el caso de Luis Rubiales por medio de la FIFA y del TAD, ya no podría presentarse a ser elegido de nuevo presidente de la RFEF.
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