Euro 2024
Los secretos de "Pascha": el gigantesco burdel lleno de espías chinos que alojará a los hinchas ingleses en la Eurocopa
El prostíbulo más grande de Europa se ha convertido en una solución asequible para los aficionados con los hoteles disparados en Alemania
El Pascha es un burdel de 12 plantas y 9 000 m² situado en Colonia (Alemania). Con unas 120 prostitutas, más de 80 empleados de apoyo y hasta 1 000 clientes al día, está considerado como el mayor prostíbulo de Europa.
El burdel se inauguró en enero de 1972 en la Hornstraße, con el nombre de "Eros Center". Fue el primer prostíbulo de gran altura de Europa. La ciudad de Colonia quería eliminar el barrio rojo Kleine Brinkgasse en el centro de la ciudad y concedió una licencia para construir el nuevo burdel en terrenos de propiedad municipal en las afueras de la ciudad. Las prostitutas interpusieron una demanda contra dicho cierre, que finalmente perdieron. En 1995, el propietario del Centro Eros cambió tras la ejecución hipotecaria y se introdujo el nuevo nombre de "Pascha". Más tarde añadieron casas con el mismo nombre en Salzburgo, Múnich y Linz.
La alternativa barata a los hoteles
Ahora su nombre ha vuelto a dar la vuelta al mundo al convertirse en el establecimiento que acogerá a los hinchas ingleses en la Eurocopa de 2024 en un intento por huir de los elevados precios de los hoteles.
Un edificio singular que esconde una curiosa historia en su interior: es un escondite de "espías chinos". Los seguidores del equipo de Southgate, que buscaban alojamiento durante el torneo en Alemania, reservaron 120 habitaciones en el burdel pero les acaba de llegar una singular advertencia desde Alemania.
Al parecer, una mujer china es la actual propietaria del edificio en Colonia y el noveno piso está reservados para espías. Esto ha generado preocupación de que los fanáticos de la selección inglesa puedan encontrarse en situaciones comprometidas por la presencia de lo agentes secretos.
El periódico alemán Bild vio mensajes que indicaban que los abogados investigados por ayudar a clientes chinos ricos a obtener la ciudadanía estaban vinculados con el propietario de un burdel. Compró el local por más de 10 millones en 2021 tras entrar en quiebra por el coronavirus. Stefan Bizanz, un experto en seguridad alemán, revela que son conscientes de como operan en su país estos espías chinos. "Un aficionado británico tiene más probabilidades de ser una víctima que un ciudadano común y corriente que conoce la zona", advierte.
El equipo de Gareth Southgate se enfrenta a Eslovenia en Colonia el martes 25 de junio. Los aficionados al fútbol reservaron habitaciones en el burdel después de darse cuenta de que era mucho más barato pasar la noche que en un hotel.
El propio burdel ha reaccionado a estas informaciones ofreciendo "descuento para espías". Un portavoz del establecimiento afirmó: "Los aficionados ingleses siempre se lo pasan bien con nosotros y nuestros camareros siempre están agradecidos. Estamos deseando que nos visiten en Colonia ".
La polémica del Mundial 2006
No es la primera vez que el Pascha aparece vinculado a alguna polémica durante un acontecimiento futbolístico de relevancia mundial. Antes de la Copa Mundial de Fútbol de 2006 que albergó Alemania y la ciudad de Colonia (fase de grupos y un partido de octavos), los musulmanes protestaron porque el burdel insultaba al Islam al anunciarse con un cartel de 24 metros de alto por 8 de ancho, montado en un lateral de su edificio, en el que aparecía una mujer semidesnuda y las banderas de todos los países clasificados para el mundial, incluidas las de las naciones musulmanas.
El lema del cartel era "Die Welt zu Gast bei Freundinnen" (traducido como "El mundo como invitado con amigas"), un juego de palabras con el lema del Mundial de ese año, "Die Welt zu Gast bei Freunden" (El mundo como invitado con amigos). Los manifestantes compararon el cartel con las caricaturas de Mahoma del Jyllands-Posten. En respuesta a las protestas y a las amenazas de violencia, que comenzaron el 21 de abril de 2006, los propietarios tacharon las banderas de Arabia Saudí e Irán (ambas incluyen palabras del Corán), aunque dejaron intacta la bandera de Túnez (que no muestra ningún texto de las Escrituras).
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