El Barcelona no sale del agujero y sólo empata contra el Valencia (1-1)

El Barcelona continúa enredado y ni haciendo un buen partido en Mestalla en líneas generales logró ganar. Generó lo suficiente para llevarse el triunfo, pero no lo consiguió y cede más terreno en esta Liga que ya ve a años luz. No supo mantener la ventaja después del gol de Joao Félix. No supo resolver el partido antes, regaló el empate de forma imperdonable y al final ya las prisas no le llevaron a ningún lado. Tenía que ganar el equipo de Xavi y se va de Valencia frustrado y sin arreglar las dudas. No sirve ya lo de jugamos bien o merecimos más. Lo suyo ya no es una cuestión de merecer o no, es de necesidad.

No fue prometedor el comienzo del encuentro para el Barcelona, que sufrió una ocasión clara por un despiste incomprensible. Partió de un saque de banda dudoso, que podía haber sido a favor de los azulgrana, sí, pero eso no justifica la desconexión de Cancelo, De Jong, Araujo y Koundé, que se quedaron protestando y se olvidaron del partido. Sacó rápido Jesús Vázquez y no empezó el Valencia mandando en el marcador porque Iñaki Peña adivinó la intención de Yaremchuk, que se giró de maravilla y remató ajustado, pero se encontró con la intervención del portero.

Lo que sí empezó el conjunto de Baraja es con las ideas más claras. Su presión molestaba al Barça, al que le fallaban hasta sus jugadores más fiables con la pelota. Pedri perdió un par de balones fáciles y sin oposición, a Gündogan se le iban los controles demasiado largos... Llegaba el Valencia al área rival, lo intentó Hugo Duro con un par de remates de cabeza algo complicados, aparecía Fran Pérez, Pepelu... Fue suyo el primer tramo del encuentro, aunque poco a poco su rival iba encontrando los espacios. Por la derecha casaban bien Cancelo y Raphinha, y el despliegue de De Jong hizo que el protagonismo fuera cambiando. Estaba muy motivado Lewandowski y además esta vez no estuvo aislado, le encontraron sus compañeros pero al centro de Raphinha no llegó por centímetros, el de Pedri tardó un poco en controlarlo y Diakhaby le tapó el tiro y el de Gündogan lo remató de forma espectacular con una tijera que le salió algo centrada y la despejó Mamardashvili.

La sensación de dominio con la que el Barça se había ido al descanso no hizo más que aumentar en el segundo tiempo. De Jong se apoderó del balón y del juego ofensivo del Barcelona, y Raphinha encontró una autopista por el lado derecho, corriendo a los espacios en el momento justo. El neerlandés se inventó un pase delicioso con el exterior para que el brasileño llegara desde atrás y centrara a Joao Félix, que sólo tuvo que empujarla. El luso lo celebró de forma extraña, quedándose parado dentro de la portería, donde se metió con la pelota.

Le sentó bien el gol al Barcelona, que sí logró tener el partido donde quería. Empezó a pasarse la pelota cada vez con más comodidad y a no sufrir en las contras, pues Koundé y Araujo estaban muy atentos en los balones largos. Pero no hay día sin un error defensivo grueso de este equipo demasiado blando. Un balón centrado al área de Fran Pérez nadie acertó a despejarlo. La pelota botó, todos se quedaron mirando: De Jong, Araujo, Cancelo, Raphinha... Cero intensidad en una acción así. El brasileño sí intentó ir a por Hugo Guillamón, pero tarde, y el remate del centrocampista fue un lujo, a la misma escuadra.

Había perdonado unas cuantas Gündogan, negado en el remate, Lewandowski se fue de nuevo sin marcar y frustrado y el Barcelona sigue en el agujero. Se defendió con cinco atrás el Valencia tras el empate y aun así Ferran Torres y Raphinha también tuvieron el gol y no acertaron con la portería, anulado este último por la parada de Mamardashvili. El brasileño no dejó de lamentarse.