Leyenda

Simeone, partido a partido hasta los 613

El Cholo es homenajeado por el Atlético en un emotivo acto en el palco del Metropolitano. «Leyenda Simeone»

«Leyenda Simeone», el homenaje al Cholo
«Leyenda Simeone», el homenaje al Cholo Twitter Atlético de Madrid

Partido a partido Simeone ha llegado a los 613, más que nadie como entrenador del Atlético de Madrid. Suficientes para que sea reconocido como una leyenda del club. Así, «Leyenda Simeone» bautizaron el homenaje que le hizo la entidad en el palco del Civitas Metropolitano. Una camiseta «retro» con el número 14 y su nombre y los trofeos que ha ganado como entrenador del Atlético presidieron el acto con formato de charla entre amigos dirigida por el periodista Vicente Vallés.

Desde el sofá del palco del Metropolitano, que es su casa, el Cholo fue recorriendo su vida al frente del equipo rojiblanco. Desde aquella llamada que le llegó por sorpresa cuando estaba de vacaciones con su hijo Giuliano, el pequeño de los mayores. «Solos los dos», dice. Y un amigo le avisó de que dos horas después le llamaría Miguel Ángel Gil. «Se me hicieron eternas esas dos horas», confiesa. 120 minutos, un partido con prórroga, hasta que el consejero delegado del club le dijo las palabras mágicas. «El equipo y el club te necesitan», dijo. «¿Cuándo sale el avión?», fue la respuesta.

Giuliano recuerda aquel día. «Estábamos en Mar del Plata cuando nos llamaron. Era chico, tenía siete u ocho años. Se lo dijeron y dije ‘‘es buenísimo. Tienes que ir’’». Pero quedaba la parte más dura, asumir que papá, que había regresado a Argentina unos meses atrás después de entrenar al Catania en Italia, se volvía a marchar a Europa, a España. «Si ganas y te va bien no vienes más», le dijo. «Ahí me di cuenta de que papá se estaba yendo y tenerlo a distancia era bastante duro», confiesa el ahora jugador del Zaragoza, el único de sus tres hijos futbolistas al que ha dirigido el Cholo.

Miguel Ángel Gil también se acordaba de aquel día que cambió el destino del Atlético. Y de otros dos que unieron a Simeone con el Atlético para siempre. El día que viajó hasta Boston, donde el Cholo estaba concentrado con la selección argentina para el Mundial 94 después de haber llegado a un acuerdo con el Sevilla y con Roberto Settembrini, el entonces representante de Simeone, para que firmara su nuevo contrato como jugador del Atlético. Más tarde hubo otro día en que el consejero delegado del club entendió que estaba delante del futuro entrenador del Atlético. En una charla sobre el césped de la cancha cuando el Cholo dirigía a San Lorenzo de Almagro. «No sabía cuándo, pero sabía que iba a ser», dice Miguel Ángel. Y fue.

Y desde entonces han pasado esos 613 partidos que convierten a Simeone en historia del Atlético y del fútbol español después de superar a Luis Aragonés. Un entrenador con el que comparte algo más que el carácter y el amor por el Atlético. Como le pasó a Luis en el equipo que los une, el Cholo se acostó un día como jugador de Racing y se levantó como entrenador de los que habían sido sus compañeros. «No tuve ningún problema porque mis compañeros ya me veían como entrenador», recuerda.

No sabía entonces que llegaría a ser entrenador del Atlético. O al menos que lo sería durante tanto tiempo. Aunque era algo que deseaba. «Me había preparado y había esperado ese momento. Sabía que eso podía llegar. El paso que dio Miguel [Ángel Gil] no fue fácil. Yo no tenía el camino recorrido para dar ese paso en ese momento. Apostó por mí y nos devolvimos esa confianza», asume.

Para Simeone el acto era emotivo. Pasaron por allí su mujer, Carla Pereira, sus hijas, su hijo Giuliano y un mensaje de vídeo de Gianluca, el mediano de los mayores. «Es una persona fácil para convivir. Toda la experiencia que tiene hace que relativice y que pueda disfrutar de sus hijas y de sus hijos y que tenga el equilibrio que tiene», admite su esposa.

Pero pasaron también muchas de las personas que conectan a Simeone con el Atlético. Excompañeros del equipo del doblete, como Solozábal y Toni. «Era intenso en el vestuario», recuerda Solozábal. Jugadores de sus primeros años como entrenador rojiblanco y Koke, que ha vivido esos 613 partidos con él. Y no faltó el mensaje de Leiva, que cantó esa parte del himno que compuso con Sabina que dice «partido a partido».