Un verano sin galácticos

Casi tanto como el calor, una de las costumbres del verano de Madrid es que, al menos un día, el Santiago Bernabéu se llena sin que haya partido, para ilusionarse con la presentación del gran fichaje de esa temporada. Aún se recuerda la primera tarde de James, hace un año, cuando el estadio blanco se abarrotó de camisetas de la selección colombiana. Fue una ilusión real: luego el centrocampista acabó la temporada siendo uno de los mejores del equipo. Antes de James, había sido Bale; aunque el primero de todos fue Figo y el segundo Zidane, mientras que Cristiano Ronaldo se convirtió en la apertura grandiosa de la segunda época de Florentino. Ir al Bernabéu en verano era como ir a las Vistillas, una cita obligada para quien no saliese de la capital.

Este año, por ahora, no va a suceder un evento parecido. «Aunque con Florentino nunca se sabe», dicen en la entidad, sin dar nada por seguro. El Madrid de Benítez considera que tiene suficiente potencial como para aspirar a todo y que se necesitan una serie de detalles, pero nada más, para dar el paso competitivo que faltó con Ancelotti. Sólo que Pogba se ponga a tiro podría alterar el plan inicial de no hacer grandes movimientos.

El club tiene claro lo que hay que reforzar: el primer paso es la portería, en donde la llegada de De Gea es cuestión de tiempo y en donde habrá que solucionar el problema de Casillas, que es lo que más trabajo va a dar a la entidad blanca este verano. Para el centro del campo se ha recuperado a Casemiro y es la única zona en la que pueden producirse llegadas. Pogba es el que más suena, aunque no parece aún nada claro. Además, Raiola, su representante, ha sacado de los nervios al Madrid por sus habituales declaraciones poco amistosas. Si el centrocampista francés se marcha de la Juve al PSG, eso podría aclarar la llegada de Verratti al Santiago Bernabéu. Son las operaciones que aún están por ver. Fichajes para ir haciendo equipo y para que no suceda lo del año pasado, cuando la lesión de Modric condenó la temporada. Casemiro es la primera de las soluciones, un jugador que no agradaba excesivamente a Ancelotti, pero que sí gusta mucho en las oficinas.

No va a haber un jugador de clase estratosférica para el ataque. Ronaldo, Bale y Benzema acabaron la temporada pasada con 100 goles; más que el año de la «Décima» y se considera que esa zona está más que cubierta, que el problema del Madrid no fueron los tantos marcados y sí los recibidos. De ahí que hasta ahora los fichajes sean defensivos.

De los últimos seis años, ha habido dos en los que no hubo grandes gastos en el mercado de verano. Fueron los dos de Mourinho. Sin embargo, sin tanto ruido se hicieron dos fichajes clave. Un verano llegó Özil y un invierno, Modric, dos futbolistas que tenían buen cartel, pero que alcanzaron la fama futbolística jugando en el Bernabéu.

Este verano podría repetirse lo que ocurrió en esas dos temporadas de Mou. El Madrid está más o menos perezoso en un mercado que espera el típico fichaje bomba para ponerse a rodar y que el dinero se mueva. Quizá no sea el club de Florentino quien lo haga. Hasta ahora se ha dado prisa para renovar el equipo médico y el de los fisioterapeutas, áreas que se consideraba que habría que cambiar con más urgencia.