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Una marea amarilla y roja inunda Wembley

Una marea de aficionados del Bayern de Munich y el Borussia Dortmund tomó hoy los alrededores del estadio de Wembley horas antes del comienzo de la primera final alemana de la historia de la Liga de Campeones.

Desde la estación de metro de Wembley Park, miles de seguidores de ambos equipos teñían de rojo, por el Bayern de Munich, y de amarillo, por el Borussia Dortmund, el Olympic Way, que les dirigía directamente al estadio.

Un amplio dispositivo policial, conformado por agentes a pie y a caballo apoyados por furgones, custodiaba el paseo, atestado no solo de aficionados alemanes, sino de decenas de curiosos de otros países y personas deseosas de conseguir una entrada.

Pese a que a pie de estadio la reventa alcanzaba las 600 libras (700 euros), muchos de ellos sujetaban carteles en los que se podía leer "Suche ticket"("Busco entrada", en alemán), con la esperanza de poder conseguir un asiento para la ansiada final.

Otros seguidores, como Marcus Schmidt, aficionado del Bayern de Munich, buscaban que alguien les intercambiara la entrada, ya que su asiento se localizaba en la zona que iba a ocupar la hinchada del Borussia Dortmund.

Scmidt, que vive curiosamente en Dortmund, aseguró a Efe que el duelo entre ambos conjuntos alemanes se presenta "difícil", ya que el Borussia "consiguió ganar al Bayern varias veces la pasada temporada".

Al aficionado bávaro no le consolaba que este curso los de Munich no hayan caído derrotados en ningún enfrentamiento contra los de Jurgen Klopp, que aspiran a conseguir su segunda Liga de Campeones en Londres.

"No obstante, tenemos un equipo fuerte", zanjó este seguidor alemán, que admitió que podía afectar al conjunto de Jupp Heynckes la derrota en la final del pasado año en la ronda de penaltis frente al Chelsea, vigente ganador del campeonato.

Pese a no partir como favoritos, los seguidores del Borussia Dortmund mostraban su optimismo de cara al histórico duelo con cánticos ya fuera del estadio y ataviados, muchos de ellos, con la camiseta del delantero polaco Robert Lewandowski.

"Creo que marcará uno o dos goles", afirmó a Efe el seguidor del Borussia Philipp Böcker, que se trasladó junto con unos amigos desde las cercanías de la ciudad de Dortmund hasta la capital británica para ser testigo de la final.

Böcker, como muchos otros asistentes, se mostraba encantado con el escenario del partido más importante de la temporada, el estadio de Wembley: "Es un gran lugar, lleno de grandes historias. Creo que es un buen momento para ganar la Champions".

La última vez que el Borussia ganó una Liga de Campeones fue en el año 1997: "Sólo tenía diez años", apuntó Böcker.

La emoción que se respiraba fuera del estadio se transformó en euforia y en cánticos ensordecedores en su interior, cuyas gradas se dividían en dos polos color amarillo y rojo que animaron durante el entrenamiento de los jugadores como si el árbitro hubiera pitado el comienzo del duelo.