Unai Emery elogia a Rakitic: «Es el embajador del Sevilla»

El flujo de futbolistas y de millones de euros entre Barcelona y Sevilla ha sido constante en estos años, para provecho de ambas entidades, que viven los mejores momentos de sus respectivas historias, si atendemos a los títulos logrados. Keita ya abandonó la Liga, pero Dani Alves, Adriano, Denis Suárez y Deulofeu se miden a sus ex equipos hoy en el Sánchez Pizjuán. También Ivan Rakitic, croata nacido en Suiza y recriado en la capital de Andalucía, como delata su acento meridional cuando habla español: «En el vestuario, no me llaman suizo ni croata; me dicen ‘‘El Sevillano’’», ha declarado esta semana quien hoy vuelve con la camiseta visitante al estadio donde eclosionó para la alta competición. En verano, se marchó al Camp Nou a cambio de veinte millones, pero en su antiguo club no lo olvidan: «Es el embajador del Sevilla por el importante sello que dejó, porque su familia es de aquí y porque él quiere al club. No hay nada más grande que un jugador que vuelve desde fuera y alimente el sevillismo de esa manera», afirmó ayer Unai Emery.

La venta de Rakitic al Barcelona, unida a las de Fazio y Alberto Moreno, hicieron pronosticar el desplome del Sevilla. Se desmantelaba el equipo que ganó la Europa League, pero entre Monchi y Emery volvieron a obrar el milagro de la eterna reinvención. Los andaluces defenderán en los cuartos de final ante el Zenit de San Petersburgo su entorchado europeo y cuentan con nueve puntos más que la pasada Liga en esta misma jornada. Una lección más del entrenador guipuzcoano a sus muchos detractores, que para despreciarlo centraban en el talento del balcánico la mayor parte del mérito del éxito en la temporada 2013-14.

Intentarán Rakitic y sus compañeros, más allá de las declaraciones versallescas de las vísperas, bajar al Sevilla de su pedestal. Nueve victorias consecutivas entre Liga y competición europea acumulan los de Emery y catorce meses sin perder en casa en la competición nacional, desde que el propio Barcelona venciera 1-4 en febrero del año pasado. Además del líder, por el Sánchez Piz-juán debe pasar todavía el Real Madrid, por lo que se puede afirmar sin duda que los sevillistas serán uno de los jueces del campeonato. Lo que añadido a la carrera frenética del equipo hispalense en pos de la cuarta plaza que ahora ocupa el Valencia, convierte el encuentro de esta noche (20 horas) en el auténtico partidazo de la jornada. Así lo ha entendido el sevillismo, que ha agotado el papel de la taquilla por vez primera en dos años.

A pesar de que la marcha de su equipo es imparable y está pulverizando todos los registros históricos del club, Unai Emery tiene una asignatura pendiente en el Sevilla que hoy tratará de aprobar: sus enfrentamientos con los grandes y singularmente contra el Barcelona: jamás le ha ganado el de Fuenterrabía a los culés en 18 partidos. Ni con el Almería, ni con el Valencia, ni con el Spartak de Moscú ni con el Sevilla; en Liga, el balance es de diez derrotas y cuatro empates en quince enfrentamientos. «Desde la primera vez que me enfrenté a ellos, cada partido lo veo como una oportunidad. El reto que supone enfrentarse a estos jugadores para poder ganarles es algo que me atrae y me genera ilusión», declaró ayer al respecto. No le resultará sencillo porque, en su opinión, el grupo que dirige Luis Enrique «es la versión que más se ha parecido al Barça de Guardiola» desde la marcha del hoy técnico del Bayern.

Una montaña se cierne pues ante Emery. Si logra escalarla, acumulará argumentos para la negociación que ha emprendido para prolongar su contrato.