Málaga C.F.
Valladolid y Málaga empatan pese a que los locales merecieron más (1-1)
El Real Valladolid y el Málaga han empatado hoy en un partido igualado pero en el que los locales dispusieron de alguna ocasión más, sobre todo tras el descanso, para haberse adjudicado el duelo.
El primer tiempo trajo los goles, primero del argentino Martín Demichelis, que se lo dedicó a su padre recientemente fallecido, y después del angoleño Manucho, pero el juego estuvo más encorsetado por el rigor táctico. Tras el descanso, las líneas se estiraron y el Real Valladolid llegó con más claridad que su oponente, falto de lucidez en los metros finales.
El técnico del Málaga CF, Manuel Pellegrini, reservó a varios jugadores de cara al trascendental encuentro de Liga de Campeones del próximo miércoles ante el Oporto, entre ellos dos de sus baluartes, Isco y Joaquín.
El duelo arrancó con el Real Valladolid presionando con tozudez la salida de balón malacitana y apostando por dotar la mayor verticalidad posible a sus transiciones mientras el Málaga intentaba desperezarse a través de su juego asociativo.
De este modo, lograron una falta que el brasileño Lucas Piazón colgó a la espalda de la retaguardia vallisoletana y Demichelis, libre de marca, cabeceó a donde no pudo llegar Dani Hernández (minuto 8).
El gol encogió al Real Valladolid, que veía cómo el Málaga le obligaba a perseguir el esférico, con Saviola y Roque Santa Cruz muy participativos, pero el Málaga relajó la intensidad con la que acudía a la presión en la medular y se encomendaba más a los contragolpes y a la calidad de sus hombres más adelantados.
Ambos conjuntos adolecían de una falta de precisión en las entregas que elevaban el tedio, sacudido por un par de ocasiones del Real Valladolid cuando Bueno probó fortuna con disparo blando y Rukavina enganchó un centro desde la izquierda de Omar que piso en más apuros a Caballero.
El Real Valladolid acrecentaba su desparpajo con el paso de los minutos y Manucho se sirvió de un gran pase elevado de Álvaro Rubio desde el balcón del área para, con la testa, devolver las tablas al marcador (minuto 40).
Tras el descanso, el Málaga dio hacia adelante pero echaba en falta precisión y claridad en el último pase y el Valladolid, poco a poco, se encontraba más cómodo y capacitado para hacer más daño al equipo de Pellegrini.
Así, Larsson tuvo una ocasión clara desbaratada por Caballero y Manucho no llegó a remachar en la línea de gol un balón centrado por el extremo sueco en los que fueron los mejores minutos de los locales en el partido.
Ocasiones que precedieron a una fase de nuevo anodina en la que el dominio se iba alternando antes de que un gran aguacero pusiese más veneno al balón cada vez que entraba en contacto con el césped de Zorrilla.
Antes, Pellegrini dio entrada a Isco para intentar dar más profundidad al juego de su equipo, pero el Real Valladolid, que había metido a Óscar, estaba bien plantado y buscaba sin dilación el contragolpe que le diese el triunfo.
El Málaga seguía sin ideas en los metros finales y únicamente volvió a inquietar la portería de Dani Hernández con un balón parado que se paseó por el área pequeña sin que ningún jugador lo tocase.
El Real Valladolid supo "contemporizar "y matar el duelo en los instantes finales ante un Málaga que tan sólo volvió a crear peligro con un disparo lejano de Isco. Al final, el empate no se movió y hubo reparto de puntos en Zorrilla
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