
Fútbol
La vergonzosa reacción de la tele del Barcelona contra un goleador del Inter: "Impresentable", "provocador"...
Cuando el Barcelona creía que había remontado e iba a ganar el pase a la final de la Champions, Acerbi igualó y no sentó nada bien a los azulgrana

No hay estructura que aguante un partido así. Lo vivido en San Siro entre el Inter de Milan y el Barcelona fue solo una semifinal de Champions; fue una montaña rusa emocional, un vaivén futbolístico que rozó lo irreal. El Inter de Milán selló su pase a la final tras imponerse por 4-3 al FC Barcelona en un duelo que será recordado más por su caos glorioso que por cualquier orden táctico. El global de 7-6 no solo habla de goles: cuenta una historia de remontadas imposibles, errores crueles, épica juvenil y, sobre todo, un fútbol desatado, que provocó muchísimas reacciones en el campo y en los espectadores.
El Inter, entre la eficacia y el vértigo
La propuesta del conjunto italiano fue clara: ceder el balón, castigar el error. Cada avance azulgrana era respondido con un zarpazo quirúrgico. Lautaro Martínez, tan determinante como siempre en citas grandes, marcó el ritmo con su instinto letal. Primero anotó tras una gran jugada colectiva; después, provocó un penalti que Çalhanoğlu transformó con sangre fría y eso provocó un vergonzoso escupitajo de Íñigo Martínez. Pero este Barça no conoce la resignación. Si algo ha sembrado Hansi Flick es rebeldía competitiva, incluso cuando el partido se tuerce. Y cuando se creía todo perdido, emergió un nombre inesperado: Gerard Martín. El canterano, con apenas minutos en el primer equipo, firmó dos asistencias magistrales: una para que Eric García marcase un golazo, otra para que Dani Olmo devolviera el alma al equipo. En menos de diez minutos, el 2-2 encendía las alarmas en el banquillo de Inzaghi y ponía patas arriba la eliminatoria.
Aquel vendaval azulgrana tuvo su punto culminante en el minuto 88. Pedri, lúcido en la conducción, habilitó a Raphinha. El brasileño remató, recogió su propio rechace y firmó el 2-3. El Barça estaba en la final. O eso creía. San Siro, entonces, enmudeció durante unos segundos. Pero el fútbol, como tantas veces, se reservaba un giro cruel.
La tele del Barcelona
Cuando el cronómetro ya rozaba el final, y mientras Lamine Yamal estrellaba un disparo al palo, llegó el mazazo. En el minuto 93, un centro sin aparente peligro de Dumfries encontró a Acerbi libre de marca. Su remate silenció a los culés y llevó el partido a la prórroga. Era el tercer gol del Inter, el sexto de la eliminatoria, y un recordatorio brutal de que cualquier distracción se paga carísima a este nivel. Y aquí es dónde reaccionó la retransmisión en directo del Barcelona en la red.
Se estaban metiendo con Acerbi, que es el que marca. "El impresentable de Acerbi", un "provocador", que no "tiene nada en la cabeza", dice uno de los narradores de la retransmisión azulgrana del partido.
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