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Japón

Villa se va con Iniesta al Vissel Kobe japonés

El jugador David Villa cierra su etapa en el New York City
El jugador David Villa cierra su etapa en el New York Citylarazon

David Villa no quiere dejar aún el fútbol. El lunes 3 de diciembre cumple 37 años y está decidido a abandonar ya la aventura americana, pero no a colgar las botas

David Villa no quiere dejar aún el fútbol. El lunes 3 de diciembre cumple 37 años y está decidido a abandonar ya la aventura americana, pero no a colgar las botas. Considera que es tiene mucho que ofrecer, aún le quedan goles dentro y puede hacerlo en Japón, al lado de Iniesta. Seguro que ambos vieron los dibujos de Oliver Aton y Tom Baker haciendo una pareja invencible. Y quieren reeditarlo

Tras dejar el Atlético como campeón de Liga el delantero pensó que tenía que aprovechar la oferta que le hizo el New York City y probarse en una Liga aún por nacer. Estados Unidos apuesta por futbolistas veteranos para que den a su Liga nombre y experiencia. Villa era perfecto. En España ya no tenía el cartel suficiente para jugar en equipos de élite (Sporting-Zaragoza-Valencia-Barcelona y Atlético fue su trayectoria en España), pero se veía con fuerza para seguir compitiendo en una Liga menor, pero sin perder mucho dinero. Estados Unidos era la mejor opción y allá fue en 2014. Ahora va a dar otro paso, como ha anunciado Cuatro. Es probable que Iniesta le haya contado las ventajas de jugar en el fútbol japonés y le haya convencido de irse con él y reeditar sus tiempos en el Barcelona o en la selección española. También en Japón está Fernando Torres. Los futbolistas españoles hace mucho que perdieron el miedo a cruzar la frontera y se buscan la vida allí donde mejor les parece. Los veteranos, los protagonistas de la mejor Selección española de nunca tienen mucho cartel por todo el mundo y no les miran la edad.

Villa quiere probar otra cultura y quiere seguir disfrutando del fútbol con más tranquilidad y sin la exigencia que ha ido viviendo toda su carrera. En el Sporting y el Zaragoza fue su explosión y en el Valencia ya fue un delantero exigido, capaz de rendir como el mejor. De ahí saltó al Barcelona. Cuando salió del conjunto catalán porque se pensaba que ya había llegado a su techo y empezaba la época del ocaso, se marchó a competir al Atlético. Nunca ha sido un hombre de dar marcha atrás. Confiado en sus posibilidades, desmostró que le quedaba fútbol, hambre, goles y que podía seguir ganando títulos.

Y no quiere que sea el fin todavía. Iniesta le espera.