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Villar se queda en casa

No luchará por la presidencia de la UEFA en caso de que el TAS confirme la inhabilitación de ocho años a Platini. «El fútbol español es modélico», aseguró ayer tras la última junta directiva de 2015

Ángel Villar, antes de un partido de la selección española
Ángel Villar, antes de un partido de la selección españolalarazon

No luchará por la presidencia de la UEFA en caso de que el TAS confirme la inhabilitación de ocho años a Platini. «El fútbol español es modélico», aseguró ayer tras la última junta directiva de 2015

Ángel María Villar sigue siendo el vicepresidente de la UEFA y así quiere continuar a pesar de la sanción de ocho años alejado del fútbol que pesa sobre Michel Platini. Villar asume la presidencia de las reuniones del Comité Ejecutivo del organismo europeo ante la ausencia del francés, pero ahí terminan sus ambiciones. «Platini va a llevar el asunto ante el TAS y lo que suceda después dependerá de la decisión del TAS», explican en el entorno del presidente de la Federación Española. «Nada cambia», insisten.

Platini, por el momento, continúa siendo el presidente de la UEFA, al menos hasta que haya sentencia firme del TAS. Es un presidente que no puede ejercer sus funciones, inhabilitado para los próximos ocho años, porque la sanción de la Comisión de Ética de la FIFA anunciada el lunes tiene efecto inmediato. Pero la UEFA manifiesta su apoyo incondicional al francés e insiste en que demostrará su inocencia. Y Villar es un hombre leal que no hará ningún movimiento mientras Platini conserve alguna posibilidad de mantener la presidencia de la organización que rige el fútbol europeo.

El futuro de Ángel Villar se centra en renovar su mandato como presidente de la Federación Española, que debe celebrar elecciones en 2016. «Quiere seguir en la Federación y acabar lo que tiene empezado», aseguran en su entorno. Una de sus labores debe ser encontrar un nuevo seleccionador que sustituya a Vicente del Bosque, que ya ha anunciado que «si todo se desarrolla normalmente, la próxima Eurocopa será el final». «Pero quedan seis meses y soy un hombre de la Federación, por lo que tengo que ponerme en sus manos para tomar la decisión final», advierte. Del Bosque ya había decidido abandonar el banquillo español después del Mundial de Brasil, pero la insistencia de la Federación y, especialmente, de su secretario general, Jorge Pérez, consiguió prolongar su etapa al frente de La Roja. Al presidente le gustaría seguir contando con él, pero es consciente de que es complicado. Villar llegó a la presidencia en 1988. Sucedió a José Luis Roca, que había sucedido a Pablo Porta, quien se vio obligado a abandonar la Federación por el llamado «decreto anti-Porta», que impedía permanecer en el cargo durante más de tres mandatos. Porta agotó los tres y permaneció durante nueve años como presidente. El próximo, si gana las elecciones, será el octavo mandato de Villar, que podría cumplir 32 años al frente del fútbol español. Sus esfuerzos se centran ahora en renovar su mandato, algo que puede resultarle más complicado que en ocasiones anteriores. Apenas ha tenido que recurrir a las urnas desde que fue elegido por primera vez. Lo habitual es que fuera candidato único y sólo en 2004, cuando concurrió a las elecciones Gerardo González, tuvo que enfrentarse a un proceso electoral apretado. Villar, que antes de ser presidente de la Federación había presidido la Federación vizcaína, siempre ha contado con el apoyo del fútbol modesto.

Pero las circunstancias han cambiado. El fútbol profesional hace tiempo que está en guerra con la Federación. «Me parece poca sanción a Platini y Blatter», decía Javier Tebas, el presidente de la Liga, al conocer la inhabilitación para los próximos ocho años de los presidentes de la UEFA y la FIFA. «La sanción debería ser no volver a poder dirigir ningún tipo de institución deportiva, no la inhabilitación. No merecen la confianza de todo el mundo del fútbol o de los deportistas», añadía. La Federación ya planteó a finales de la temporada pasada una huelga en protesta por el decreto de reparto de los derechos audiovisuales firmado entre la Liga y el CSD. Y son varias las batallas entre Villar y el secretario de Estado, Miguel Cardenal. La guerra de Villar está en casa.

Villar, poco dado a manifestarse públicamente, lo hizo ayer tras la última reunión de la junta directiva de la RFEF en 2015. «Todos somos necesarios y nadie es imprescindible. Cada uno de nosotros cumple su función, y a todos quiero darles las gracias por su dedicación y su esfuerzo. Ha sido un año muy intenso, de grandes éxitos a nivel de clubes y selecciones y también lleno de incomprensiones hacia esta Federación», lanzó el presidente, que calificó el fútbol nacional como un «modelo organizativo que genera admiración en la sociedad española».

Cuatro meses para convocar elecciones

El Consejo Superior de Deportes publicó en el Boletín Oficial del Estado del pasado lunes la orden ministerial en la que se introducen algunos cambios en los procesos para elegir a los presidentes de las federaciones deportivas. Una decisión que el presidente de la Española de Fútbol considera como maniobra anti-Villar con el objetivo de apartarlo de la presidencia. Considera que el cambio al que obliga la nueva ley en los censos electorales da más peso en la votación a los estamentos del fútbol que más en contra están del dirigente más longevo del historia del deporte. Cree que se trata de un episodio más de la guerra que tiene abierta con Miguel Cardenal. En el texto que se puede leer en el BOE se recalca que los cambios están destinados a «garantizar la transparencia, mejorar la gobernanza y garantizar a los deportistas una representatividad adecuada». Según el reglamento, los deportes que no sean olímpicos o no se hayan clasificado para los Juegos de Río, como es el caso del fútbol, están obligados a convocar estas elecciones en el primer cuatrimestre de 2016. Así que Villar tiene que ponerse manos a la obra.