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Entrenador y padre

Cuando tenía tiempo, Zidane llevaba a sus hijos a los entrenamientos o los recogía. Nunca se metió en el trabajo de sus entrenadores ni tuvo relación con otros padres. Ayer, como responsable de la primera plantilla, defendió que todo es legal

El entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane, durante la rueda de prensa posterior al entrenamiento
El entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane, durante la rueda de prensa posterior al entrenamientolarazon

Cuando tenía tiempo, Zidane llevaba a sus hijos a los entrenamientos o los recogía. Nunca se metió en el trabajo de sus entrenadores ni tuvo relación con otros padres. Ayer, como responsable de la primera plantilla, defendió que todo es legal

En el tiempo entre que dejó de ser futbolista y volvió al Madrid, Zidane se estuvo preparando para lo que es ahora, pero también aprovechó para pasar más tiempo con sus hijos. Se le veía llevándolos al Liceo Francés, donde han estudiado los cuatro y también a la Ciudad Deportiva, donde ahora juegan los cuatro. Intentaba, dentro de lo posible, hacer la vida de cualquier padre que se dedica a sus hijos. Era complicado porque atraía la atención de los otros familiares y le pedían autógrafos. A veces, Zidane esperaba en una zona reservada para que no le atosigaran. Era un hombre alejado del césped, que veía crecer a sus hijos haciendo lo que él había hecho. Nada raro y sobre todo, nada ilegal, pese a lo que ha dicho la FIFA. «Me parece absurda la sanción porque llevo toda la vida en Madrid, con la familia y mis hijos. Se va a arreglar y lo importante es que sabemos lo que ha pasado», contaba ayer Zidane, con el chándal oficial del primer equipo, tanto tiempo después de llevar a sus hijos a los entrenamientos, tan sorprendido como lo está todo el Real Madrid.

Zidane ha sido la solución para el primer equipo tras un principio de temporada lleno de percances, Con la llegada del francés al banquillo se ha calmado todo y ha vuelto el optimismo que se había quedado en el camino. El francés ha sido el remedio en el campo de fútbol y lo va a ser también en los despachos. Que dos de sus cuatro hijos aparezcan en el expediente que ha abierto la FIFA es la principal defensa del conjunto blanco. Consideran que el máximo organismo pierde prestigio al hacer una cosa así. Enzo, el mayor de sus hijos, tenía 6 años cuando en 2001, Florentino ficha a Zidane. Tres años después entró en el conjunto blanco. «Estoy molesto por lo que ha pasado» –decía ayer Zidane–, pero no puedo impedir estas cosas. Son cosas difíciles de aceptar, pero estoy tranquilo, todo se va a arreglar», insistía ayer.

Aún jugaba Zidane cuando el primero de sus hijos empezaba a llamar la atención en la cantera blanca. Como medida de precaución, para evitar publicidad innecesaria respecto a ellos, en la web se les nombra con el apellido Fernández, el de la madre y hasta en la televisión del club si se dice su apellido, se les nombra Fernández. Piensan en el Madrid que en ese cambio de apellido puede estar el origen del error de la FIFA. Los han identificado como menores, pero no como los hijos de Zidane.

Los entrenadores por los que han pasado, y muchos ya no están en el club, aseguran que el ex futbolista jamás hizo un comentario ni quiso interferir en la carrera de su hijo. Era él quien llamaba al entrenador cuando Enzo no podía ir a jugar. Como se ha contado en este periódico, Zizou llamaba y decía: «Soy el padre de Enzo», para dejar claro que el protagonismo no era de él, sino de su hijo.

Ayer tuvo que hacer de padre de Enzo de nuevo y también de Luka, los dos nombres que parece que son los que estudia la FIFA. Es el entrenador del Madrid, pero también un hombre preocupado por lo que les sucede a sus hijos.

Hasta tres veces le preguntaron por el asunto y llegó un momento en la conferencia de prensa de ayer en la que el entrenador pidió cambiar de asunto y centrar el foco en el partido de esta tarde frente al Sporting. Como padre, piensa en lo que sucede a su familia. Como entrenador del primer equipo, tiene que prestar atención al choque del Sporting de esta tarde. El Real Madrid le pidió permiso para hacer público que dos de sus hijos estaban en el expediente y él aceptó porque entiende que es la mejor defensa que tiene el club ante la sanción que amenaza con no dejar fichar en el próximo verano.

«Es un tema que no tiene ningún sentido», seguía Zidane. Él no va a hacer nada, sino que deja el asunto en las manos del club para que tome las decisiones que crea conveniente. El foco se ha puesto en el entrenador de la primera plantilla porque es un asunto que llama mucho la atención, pero «no sólo están mis hijos, hay muchas familias más», decía el ex futbolista y entrenador del equipo ayer.

Son familias que, como él, sacrificaron su tiempo para llevar a los niños a los entrenamientos y que ahora no saben muy bien qué va a suceder. Algunos padres de otros niños tomaron confianza con Zizou cuando le veían llevar a sus hijos a Valdebebas. Se organizó una cena y le invitaron, sin mucha fe en que apareciera. Pero como ejercía de padre «normal», fue al restaurante y lo que era una cosa informal se convirtió en una marabunta de gente que entraba para pedirle un autógrafo.

Desde que volvió al Madrid y cuando se ocupó con Ancelotti de la primera plantilla y después del filial, Zidane sólo ha estado cerca de Enzo porque le entrenó en el Castilla. Ya no tiene tiempo para ir a ver a sus hijos, que ahora centran la mirada de casi todos. Ayer, Zidane insistía en que lo que ha hecho la FIFA no va a tener mucho más recorrido que una semana o así. Entonces, decía ayer, todo se arreglará. Y él podrá seguir siendo padre y a a vez entrenador del Real Madrid, pero no todo mezclado, como ahora.

Sin segundo técnico

Cuando le ofrecieron ser entrenador del primer equipo, Zidane dejó muy claro que ascendía del filial con su equipo de trabajo y que no quería un ayudante a su lado. Normalmente, los entrenadores llegan con un hombre más cercano, a veces, a los jugadores. Junto a Mourinho se puso a Karanka, con Ancelotti fueron el propio Zidane y después Fernando Hierro. Zizou ha prescindido de esa figura y del segundo entrenador. Bettoni, su ayudante más cercano, no tiene licencia para ejercer ese papel y no lo puede hacer en caso de que no pueda estar Zidane. «Pero no me van a expulsar», aseguró ayer, convencido de controlar su carácter. Quien puede dar instrucciones porque ha hecho el curso de entrenador es Chendo.