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El Girona, un líder hecho de retales

El apoyo del City Group, el acierto del director deportivo, Quique Cárcel, en los fichajes, y la dirección de Míchel hacen de él el mejor equipo de la Liga

Cristhian Stuani of Girona FC celebrates a goal during the Spanish league, La Liga EA Sports, football match played between FC Barcelona and Girona FC at Estadi Olimpic de Montjuic on December 11, 2023 in Barcelona, Spain. AFP7 10/12/2023 ONLY FOR USE IN SPAIN
FC Barcelona v Girona FC - La Liga EA SportsAFP7 vía Europa PressEuropa Press

«La toco de puntera bastante. Lo he visto claro y he tirado». Con la misma naturalidad con la que Miguel Gutiérrez explicaba su gol al Barcelona en Montjuïc, el Girona se ha situado de nuevo líder de Primera después de haber jugado ya contra el Real Madrid y contra el Barcelona y haber goleado a los azulgrana en su estadio. Un equipo que se ha gastado poco más de 22 millones de euros en fichajes esta temporada y que disputa sólo su cuarto curso en la máxima categoría del fútbol español.

El Girona cuenta con el apoyo de la estructura del City Group, la corporación deportiva que pertenece al Manchester City, pero cuenta con el conocimiento y la intuición de un exjugador del club, Quique Cárcel, en la dirección deportiva. Es el quien pide al City Group los jugadores que le interesan y que nunca llegan impuestos por la corporación. Así llegó por primera vez Yangel Herrera, que ahora es propiedad del Girona. Y así han llegado futbolistas importantes para la entidad, como Savinho, que pertenece al Troyes, de la Segunda División francesa. Pero también ficha futbolistas que nada tienen que ver con el actual campeón de Europa.

El Girona ha incorporado este año a Daley Blind, que quedaba libre. Un jugador con una larga carrera que le ha llevado a pasar por el Ajax, por el Manchester United y por el Bayern Múnich antes de aterrizar en el actual líder de Primera. Pero pocos futbolistas han tenido el impacto en el equipo de los dos ucranianos, Tsygankov y Dovbyk.

Tsygankov fue el primero en llegar. Cuando marcó el único gol de su selección en la victoria contra España de octubre de 2020 no se imaginaba que dos años después su país estaría sufriendo la invasión de Rusia y que él tendría que buscarse la vida en España. El Girona se hizo con la mitad de sus derechos por sólo 5 millones de euros, cuando su valoración según transfermarkt, la web especializada en el mercado futbolístico, alcanzaba los 22 millones.

Algo parecido ha sucedido con Dobvyk. El Girona pagó cerca de ocho millones por el 75 por ciento de sus derechos al Dnipro. La experiencia de Tsygankov en el club le animó y nadie se arrepiente hasta ahora. Ha marcado los mismos goles que Lewandowski en la Liga y es una parte fundamental del éxito del Girona.

El presidente, Delfí Geli, ha trasladado al equipo la capacidad de reinvención que le llevó a él de ser uno de los delanteros más prometedores de la cantera del Barcelona a ser el lateral derecho del Atleti del doblete con Antic y del Alavés que llegó a la final de la Copa de la UEFA. Porque Blind no es el único futbolista que ha reconducido su carrera en Montilivi. Portu regresó este verano después de su discreto paso por la Real y por el Getafe. Era un fichaje romántico que todavía no ha recuperado el nivel de su primera época, pero otros han salido a flote con Míchel y con el Girona. El mejor ejemplo es Aleix García, el capitán. Hace unos años andada perdido en la Liga rumana y el mes pasado debutó con la selección española.

Pero hay más. Su compañero en el centro del campo, Iván Martín, ha dado muchas vueltas en los últimos años sin lograr asentarse en ningún sitio. Criado en la cantera del Villarreal, pasó por el Mirandés y el Alavés –donde sólo jugó ocho partidos– antes de convertirse en uno de los jugadores revelación de la Liga. Con el primer equipo del Villarreal sólo jugó siete minutos en un partido de Copa contra el Espanyol. Ahora el Villarreal está decimotercero a 25 puntos del Girona.

«No me imaginaba estar así cuando llegué este verano», reconocía Eric García después de la victoria ante el equipo que todavía posee sus derechos, el Barcelona. Tampoco su rendimiento en los últimos años estaba siendo tan alto como el que ofrece en el Girona. En Montjuïc fue uno de los destacados. A él no le afectaba la cláusula del miedo que le impusieron a Pablo Torre. La necesidad del Barcelona de quitarse sueldos de encima al borde del cierre del mercado le libró de esa condición.

Pero la clave de todo la tiene Míchel. «El equipo tiene alma y los jugadores están en una situación en la que creen que podemos hacer daño al rival», explica.